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JESÚS LUIS BESCOS SINDE - PORTUGAL

 JESÚS LUIS BESCOS SINDE - PORTUGAL
Doctor en Economía Aplicada, consultor y presidente del Centro Galego de Lisboa

 

“Debemos aprovechar el momento actual de Lisboa como auténtica metrópoli internacional para divulgar la cultura gallega”

Texto: Javier de Francisco ©

El economista ferrolano Jesús Luis Bescos Sinde preside desde marzo de 2022 Xuventude da Galiza-Centro Galego de Lisboa, institución con 125 años de historia y uno de los grandes referentes entre las colectividades de los gallegos del exterior.

Casi dos años después de asumir la presidencia, destaca como avances de la etapa actual “dinamizar el Centro, mejorar y dignificar el espacio de nuestra sede” e introducir métodos de gestión “que cada vez se aproximan más a un sistema profesional”, afirma.

Bescos Sinde matiza que el Centro Galego de Lisboa podría desempeñar un papel más destacado en el ámbito económico y empresarial, no sólo en la acción cultural, pero “salir de este perímetro   requeriría el concurso de otros actores y el interés manifiesto del empresariado gallego; que nos puedan ver como un aliado de interés”, destaca.

El presidente de la institución gallega de Lisboa es doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Madrid y ha sido docente e investigador de varias universidades y centros universitarios españoles: UAM, Castilla-La Mancha y Centro de Enseñanza Superior `Cardenal Cisneros´de la Complutense. En la capital lusa aplica sus conocimientos en Economía como consultor empresarial. También preside el Consejo de Residentes Españoles de la demarcación consular de Lisboa. 

En marzo cumplirá dos años al frente de la centenaria institución Xuventude da Galiza-Centro Galego de Lisboa. ¿Cuáles considera que han sido las principales iniciativas y mejoras desde que usted y su equipo directivo asumieron la dirección?

Dinamizar el centro, mejorar y dignificar el espacio de nuestra sede; estamos completando la mejora de la oferta gastronómica, y creo que nuestros métodos de gestión se aproximan cada vez más a un sistema profesional, siendo que nuestra actividad se ejerce pro-bono.

¿Y qué metas u objetivos pendientes le gustaría alcanzar o completar en los próximos años?

Desde el punto de vista interno de organización, alcanzar la sostenibilidad financiera minimizando la contribución relativa de las subvenciones de la Xunta de Galicia y otras entidades privadas a nuestro presupuesto, así como digitalizar el centro: admisión de socios, gestión de comunidades de interés, inscripción en las actividades, divulgación de nuestro fondo bibliotecario, etcétera. Cara al exterior, creo que debemos aprovechar el momento actual de Lisboa como auténtica metrópoli internacional para divulgar nuestra cultura, con especial relevancia a nuestro papel como Centro Promotor del Camino de Santiago.

¿Cuántos socios tiene actualmente el Centro Galego de Lisboa y cuáles son los perfiles más habituales de sus integrantes (empresarios, profesionales, docentes, segundas y terceras generaciones de emigrantes gallegos, jóvenes recién llegados al país...)?

En este momento contamos con alrededor de 500 socios y creciendo. La base fundamental son segundas y terceras generaciones de emigrantes, procedentes principalmente de las zonas fronterizas de Pontevedra y Ourense. Sin embargo, el perfil está cambiando: cada vez contamos con más profesionales y jóvenes, lo que nos llena de satisfacción. En los últimos años Portugal ha sido un destino de los nómadas digitales de casi todo el mundo, también jóvenes gallegos. Tenemos además el grupo de socios simpatizantes, principalmente portugueses, que se unen a nosotros como consecuencia de su participación en nuestras escuelas de danza y música. Este segmento es cada vez más internacional, pues acompaña la evolución de la población lisboeta. Nosotros aprovechamos estas circunstancias para divulgar nuestras tradiciones y cultura a un espectro más amplio de población.

Durante una fiesta en la escuela de danza del centro galego de Lisboa

Las actividades más conocidas del Centro pertenecen al ámbito cultural y social. ¿Xuventude da Galiza funciona también como lobby o lugar de encuentro empresarial y económico?

Nuestro principal objeto social, según los estatutos vigentes, consiste en “la promoción de los lazos culturales, sociales y económicos con Galicia y sus gentes…”. Esto quiere decir que podríamos jugar un papel mayor en el ámbito económico y empresarial; sin embargo, no ha sido así tradicionalmente. El Centro se ha circunscrito a la acción cultural. Salir de este perímetro requeriría el concurso de otros actores y el interés manifiesto del empresariado gallego; que nos puedan ver como un aliado de interés. Dicho esto, disponemos de la Cámara de Comercio Luso-Española que desempeña un papel activo propiciando relaciones de confianza a ambos lados de la raya, y de la Asociación de Empresarios Gallegos de Portugal, ambas actualmente presididas por dos personas que me han precedido -en distintas épocas- al frente del Centro Gallego: Miguel Seco y José Aser Castillo, respectivamente.

Tal vez por la cercanía, el asociacionismo de gallegos en Portugal no es de los más mediáticos o conocidos dentro de Galicia, en donde son más frecuentes actos de colectividades como las de Miami, Madrid... ¿A qué se debe? ¿Entre sus metas en la presidencia está también la de conectar más el Centro con Galicia?

La geografía, y particularmente la cercanía, juega un papel fundamental. Añadiría -a título personal- la coincidencia de dos formas de ser, la portuguesa y la gallega, esencialmente discretas. Para nosotros, fortalecer la conexión con Galicia es esencial. Al inicio de 2023 tuvimos la oportunidad de acoger en nuestra sede la exposición “O poder da palabra” sobre la historia reciente de nuestro parlamentarismo. Ésta fue la tercera ocasión en que hemos acogido una exposición organizada por nuestro Parlamento, el órgano político del que emanan las restantes instituciones de nuestra Comunidad Autónoma. Ello suscitó contactos institucionales de alto nivel, y la muestra en Lisboa de cómo los gallegos hemos organizado nuestra convivencia política en el mejor sentido del término. Conectar más el Centro con Galicia no es sólo una meta de mi presidencia, sino un mandato que debemos seguir todos los asociados y, en particular, aquellos que gozamos del privilegio -delegado por los socios- de orientar la acción de nuestra asociación.

En la exposición "El poder de la palabra"

¿Qué sigue representando a día de hoy para los gallegos de Lisboa y de todo Portugal la figura del prestigioso empresario gallego Manuel Cordo Boullosa?

Manuel Cordo Boullosa ha sido un gran hombre de negocios en Portugal y el gran benefactor del Centro Gallego de Lisboa, sin desmerecer a otros muchos, pues nuestra historia es el resultado de un esfuerzo colectivo. Nuestra sede actual, un magnífico palacete de finales del S. XIX en el centro de Lisboa, fue donado a nuestra asociación por Manuel Boullosa, quien quería prestigiar a la colonia gallega y, sin cualquier duda, lo consiguió. A nosotros nos compete perseverar en ese empeño en la escala de nuestras posibilidades.

Usted es doctor en Economía e inició su etapa profesional como docente e investigador en universidades españolas. ¿Cómo recaló en Portugal?

Se trata de una decisión de mi esfera personal. Mi esposa es lisboeta y también profesora en la universidad. Su madre era ferrolana de México. En un momento dado decidí hacer mi vida aquí, donde me siento muy confortable.

¿Nunca ha sentido la tentación de regresar a la teórica comodidad de un puesto y una plaza en la carrera docente universitaria en España?

Mi etapa universitaria me dio muchas satisfacciones, pero no me arrepiento de haberla dejado atrás. Me sigue gustando mucho comunicar, si bien ahora con una finalidad diferente de la docente.

¿Sigue ligado a la formación universitaria o ejerce profesionalmente en la empresa privada?

Me concentro en mis actividades como consultor privado, con una dilatada formación de base cuyos fundamentos establecí durante mi etapa universitaria.

¿Familiarmente a qué municipio o municipios de Galicia está vinculado?

Mi padre -ya fallecido- nació en Melide; su familia paterna era de Narón y la materna de Pontevedra. Mi madre es una ferrolana nacida en La Habana -una ciudad a la que la cultura gallega de hoy tanto debe-; su madre y padre eran ferrolanos. Yo nací en Santiago de Compostela por circunstancias particulares de mi alumbramiento; ni siquiera consto oficialmente como tal. En Ferrol me crié y viví mis primeros 14 años, ciudad que visito regularmente. De niño y cadete pertenecí al Club de Montaña Ferrol. Pateábamos mucho el macizo galaico y nuestra geografía en general. De todo ello guardo excelentes recuerdos.

En el centro gallego de Lisboa

Para finalizar, un anuncio publicitario de comienzos de siglo, creo recordar que de la concesionaria de autopistas Brisa, nos recordaba: “Portugal e Galiza, tan lonxe e tan preto”. ¿Vivimos un momento álgido de coordinación de proyectos y de sinergias entre Galicia y Portugal o, por el contrario, queda todavía mucho margen de mejora?

Tengo el convencimiento de que el futuro está siempre por definir y es el resultado de un proceso evolutivo al que no escapamos, ni como individuos de nuestra especie, ni como sociedad. En este sentido, me parece que hay mucho espacio para desarrollar más las relaciones a ambos lados de la frontera. La Eurorregión Galicia-Norte de Portugal es un ejemplo de cooperación que está dando cada vez más frutos, si bien lo hace con la discreción que anteriormente atribuía al carácter de nuestras gentes. La pertenencia de Portugal y España a la Unión Europea me inclina a pensar que el futuro pasa por una mayor integración. Estoy esperando que el AVE Lisboa-Vigo se torne realidad en los próximos años y nos acerque aún más. Las personas gallegas en Portugal siempre tenemos un extra (“um desconto” es el giro local) de simpatía cuando somos recibidos por la sociedad portuguesa. Ese extra es, como no, inversamente proporcional a la distancia entre las localidades: se diluye a medida que avanzamos por Portugal en dirección al sur, pero siempre existe. Por supuesto que con otras Comunidades Autónomas fronterizas pasa algo semejante, especialmente con Extremadura y Andalucía, sin olvidar Castilla y León. Sin embargo, el caso de Galicia es especial por la densidad de población a lo largo de la frontera común, por la distribución espacial de la población portuguesa -casi toda asentada por encima de la cuenca del Tajo y a lo largo del litoral costero- y por la tradicional emigración gallega hacia Portugal.

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