Europa
CRISTIAN MARTÍN FERNÁNDEZ - REINO UNIDO
Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, máster y doctorando en prevención y readaptación de lesiones en el fútbol y miembro del departamento médico del Newcastle United en la Premier League
“En el Newcastle tengo la suerte de disfrutar de mi trabajo con jugadores de un nivel muy alto, y en un club con una gran estructura, tradición y masa social”
La progresión del ourensano Cristian M. Fernández Martínez en su área de especialización, la readaptación y recuperación de lesiones, formando parte del departamento médico del club, es comparable a la de un joven futbolista que llega a la cuarta categoría del fútbol inglés y que solo necesita unos meses para dar el salto, triunfar y permanecer en la Premier League. Un viaje y un sueño que solo están al alcance de los más talentosos y de quienes convierten su trabajo en un modo de vida, con dedicación absoluta. Cristian ha transformado una beca Leonardo, de siete meses de duración, en el Northampton de League Two (cuarta división inglesa) en un pasaporte seguro para ejercer su profesión -todavía novedosa en el Reino Unido- en dos clubes de la Premier League tan seguidos como el Hull City y el Newcastle United. Coincidió con el staff de Rafa Benítez que hizo regresar al Newcastle a la máxima categoría y vive ya su quinta temporada en el club.
Es graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, máster en profesorado de Secundaria y Formación Profesional (Universidad de A Coruña), en Investigación en Actividad Física, Salud y Deporte (Universidad de Vigo) y en Prevención y Readaptación Físico-Deportiva de lesiones en el fútbol (Universidad de Castilla La Mancha), doctorando en prevención y readaptación de lesiones (Universidad de A Coruña) y profesor de las federaciones de fútbol de Galicia y Madrid. Aunque Cristian Fernández vive un momento álgido en su profesión, entre sus retos están estrenarse en la Primera División española (La Liga) y volver a ejercer como preparador físico, cargo que ya desempeñó en Galicia (Betanzos CF) antes de establecerse en el Reino Unido.
Texto: Javier de Francisco ©
En estas ocho temporadas en el fútbol inglés has trabajado como recuperador de lesiones en tres clubes. ¿Tienen una estructura interna y una gestión muy diferente?
En primer lugar, agradecerte el interés y darme la oportunidad de participar en esta atractiva iniciativa como es Galiciaexterior.com, donde tenemos la oportunidad de leer y conocer diferentes experiencias de gente de Ourense y Galicia con perfiles tan diversos e interesantes.
En respuesta a tu pregunta, algo característico de los clubes en Inglaterra es la estructura y organización no solo en el contexto relacionado directamente con el rendimiento, sino en todos los departamentos que conforman el club. Este aspecto fue uno de los que más me sorprendió a mi llegada al Northampton Town FC, un club de League Two (cuarta división inglesa) y que en relación a medios estaba al nivel de cualquier equipo de Segunda o incluso Primera División española, contando con áreas de comunicación, marketing, contabilidad, fundación, etcétera. Y todos ellos formados por varios empleados a tiempo completo y dedicación exclusiva al club. Esto se manifiesta todavía aún más en días de partido, en los que la cantidad de eventos organizados alrededor del encuentro (sponsors, experiencias VIP, catering...) y personal contratado por el club resulta sorprendente. En ese sentido, otra de las cosas que más me llamó la atención es la gran interacción que tenía el club con su masa social y las iniciativas y actividades de su fundación, jugando un gran papel en la comunidad. En cuanto a los departamentos médicos, quizás existan similitudes en relación al número de profesionales que los conforman con respecto a España, y dependiendo de la categoría, al igual que ahí, son más o menos numerosos. En el Northampton, por ejemplo, estaba compuesto por un fisio (jefe de la sección), un masajista, el preparador físico (a diferencia de España, no están tan integrados en los cuerpos técnicos), y luego la figura del readaptador, que en mi caso inicialmente era en prácticas y un rol nuevo para ellos. Posteriormente, en el Hull City la estructura era más amplia, con siete miembros más un médico a tiempo parcial, y hoy en día en el Newcastle somos diez profesionales los que conformamos el el departamento médico y de Sport Science. En cuanto a su filosofía y organización, suelen ser más independientes de los cuerpos técnicos en comparación con España, aunque obviamente, dependiendo de la figura y filosofía del manager, la estructura y metodología pueden variar.
¿La mejor de tus tres experiencias en el país es la actual, en el Newcastle?
En el Newcastle United tengo la suerte de disfrutar de mi trabajo con jugadores profesionales de un nivel muy alto, y en un club con una estructura, tradición y masa social importante en Inglaterra. Además, es una buena ciudad para vivir, con gente muy sociable, y en una localización costera que en cierta manera recuerda un poco a Galicia. Además, quizás esta experiencia coincida para mí con una etapa de mayor estabilidad y madurez tanto profesional como personal.
Sin embargo, creo que cada una de las experiencias fueron importantes por lo que significaron en cada momento, y podría decir que tuve la suerte de disfrutar de todas ellas. En el Northampton, donde llegué a través de una beca, pude vivir mi primera experiencia en el extranjero y en el fútbol profesional. Además de en lo deportivo, donde conseguimos la salvación en el último partido y fue un logro muy importante y celebrado esa temporada, en lo personal me dio la posibilidad de adaptarme a una nueva cultura, y añadir mi primera experiencia en Inglaterra para poder optar a mi siguiente trabajo.
A continuación, el Hull City me permitió alcanzar lo que se podría decir el sueño de cualquier profesional de fútbol que se está iniciando, como fue poder trabajar en una competición como la Premier Legue. En esos dos años vivimos un descenso y en la temporada siguiente el ascenso nuevamente, y mi trabajo allí fue bien valorado y esa experiencia me sirvió para llegar al Newcastle United.
Por eso creo que hasta ahora, en mi corta carrera, he tenido la suerte de disfrutar de cada una de las experiencias que he tenido y todas ellas han sido fundamentales en mi desarrollo profesional y personal.
En estos cuatro años en el club has coincidido con Rafa Benítez y vivido su marcha al fútbol chino. ¿Fue tu momento más duro?
Formar parte del proyecto de Rafa Benítez en el Newcastle fue una experiencia muy enriquecedora. Tanto él como su staff son unas personas muy cercanas, respetuosas, y con una buena metodología de trabajo de la que he aprendido mucho, tanto de él, como del preparador físico Paco de Miguel. Esta etapa coincidió con un proyecto ambicioso y de gran progresión para el club, ya que, tras el descenso, se logró ascender en la temporada siguiente, y poner al club en una situación estable en la Premier League. Su marcha coincidió con un período de una mayor inestabilidad institucional y deportiva, con el club en “stand-by” en medio de una disputa con la Premier League debido al bloqueo de su venta, y afectado por los efectos de la pandemia, que obviamente está afectando a mucha gente. En mi caso, tras su marcha se dio la casualidad de que su sucesor fue Steve Bruce, el manager que había tenido en el Hull City y que ya conocía mi trabajo, por lo que en ese sentido la adaptación fue sencilla.
Cristian en el staff español del Newcastle liderado por Rafa Benítez
Rafa Benítez tiene vinculación familiar con Ourense, y solía pasar aquí sus veranos, incluso cuando entrenaba al Liverpool. ¿Hablabais mucho de vuestra conexión con esta provincia?
Recuerdo que, en la primera conversación por teléfono, me empezó a preguntar de qué zona de Ourense era, cual era mi barrio, mi pueblo, etcétera, algo que en un principio me sorprendió, pero enseguida me di cuenta que él era buen conocedor de la zona. De hecho, me contó que uno de los motivos de la elección de su lugar de residencia en Liverpool fue porque desde su casa se avistan las montañas de Gales, y es algo que a su mujer le recuerda a Galicia.
¿Cómo conseguiste llegar becado al fútbol inglés?
Como mencioné anteriormente, mi experiencia en el Reino Unido comenzó en el Northampton. Desde hacía tiempo había estado buscando la manera de poder tener una experiencia en el extranjero, y a través de una beca Leonardo, contacté con su preparador físico, Craig Smith, quien me dio la oportunidad de unirme a ellos. Es difícil que te abran las puertas de un club por primera vez en el extranjero, por eso que la “excusa” de la beca, y que yo al club no le suponía ningún coste, ayudó a que de una manera formal a través de un contrato de colaboración pudiese venir a Inglaterra.
Cristian en su estreno en el fútbol inglés en el Northampton
¿Tienes previsto continuar en la Premier League y en el país durante mucho tiempo? ¿Te gustaría vivir una experiencia como la actual pero en la Liga Española?
Uno de los aspectos negativos de trabajar en el fútbol es que existe una cierta inestabilidad continua y es difícil anticipar o elegir en qué club y país puedes trabajar. Una vez entras en un contexto, lo más común es que tus contactos se vayan generando alrededor del mismo, y en este caso para mí ahora quizás sea Inglaterra. En cierta manera, es el fútbol el que me ha ido llevando de un sitio a otro.
A día de hoy, estoy muy contento en Newcastle; es un buen lugar para vivir, y la Premier League es probablemente junto a la La Liga, la mejor del mundo, con lo que no es fácil encontrar una situación similar en otro lugar. Sin embargo, es cierto que me gustaría poder vivir experiencias en otros contextos y países, y como mencionas, ojalá en algún momento de mi carrera pueda tener la oportunidad de trabajar en un club de La Liga española, de la cual he sido seguidor desde niño, y que además me permitiría estar algo más cerca de la familia y amigos.
¿Cuáles son los staff técnicos en los que has trabajado que han marcado más tu carrera profesional?
En el fútbol inglés, la figura del readaptador no es tan común como en España, y siempre está encuadrada dentro de los departamentos médicos, y el staff técnico rara vez se preocupa por el control de este área. Sin embargo, coincidencias de la vida, el jefe del departamento médico del Hull City había trabajo anteriormente en el Liverpool con Rafa Benítez, y era conocedor de esa figura y del enfoque diferente con el que trabajamos. Por ese motivo, me dio la oportunidad de unirme a su staff, y a pesar de ser un cuerpo técnico y médico completamente inglés, mi figura estuvo muy integrada desde el primer momento en un entorno nuevo tanto para mí como para el resto de profesionales del departamento. Esta experiencia fue muy importante para conocer la manera de trabajar aquí en Inglaterra, y adaptarme a este contexto.
Posteriormente, en el caso del Newcastle, dado que el cuerpo técnico era español y acostumbraba a contar con esa figura en su staff, la integración y contacto con ellos fue mayor, y mi rol evolucionó tanto en la manera de trabajar como en la responsabilidad a la hora de planificar los procesos de readaptación de lesiones.
De todas las lesiones en las que te has volcado en la recuperación, ¿cuáles han sido las más complicadas?
A pesar de que son muchas las lesiones con las que he trabajado, como bien dices hay algunas que se convierten en especiales por las diferentes circunstancias que las rodean, y generalmente aquellas de mayor gravedad, aunque son estadísticamente las menos frecuentes, suelen ser las que más te marcan, y las que suelen generar un mayor reto profesional.
Cuando llegué al Northampton en diciembre de 2013 me encontré con un jugador que se estaba recuperando de una lesión en el cartílago rotuliano de su rodilla. Llevaba ocho meses lesionado y había tenido varias recaídas y su objetivo era estar listo para la temporada siguiente. Era un gran profesional, con una actitud muy buena y que trabajaba muy duro. Recuerdo que pasó por momentos difíciles, pero consiguió volver al equipo para los últimos partidos de esa misma temporada, justo cuando el equipo se jugaba el descenso, y él era una figura importante en el vestuario, ya que era su capitán. A nivel personal, fue una persona muy importante en aquel momento y que me ayudó en mi adaptación a Inglaterra.
En el Hull City, trabajé con la lesión de mayor gravedad y duración hasta el día de hoy: 16 meses. Fue una lesión compleja de rodilla, que llevaba asociada la posibilidad de retirada, y muy dura para el jugador a nivel psicológico, sobre todo en las primeras fases. Supuso todo un reto para todos los profesionales implicados, y en donde cada intervención tenía que ser más que justificada debido a esa posibilidad. Al final, el jugador pudo volver para el último tramo de la segunda temporada y ser importante en la consecución del ascenso, y progresar en su carrera al máximo nivel sin ningún otro problema en su articulación.
La más reciente, ya en el Newcastle, fue una lesión de LCA (ligamento cruzado anterior) en ambas rodillas, en la que el jugador, después de completar una recuperación muy rápida tras su primera lesión y estar disputando todos los partidos, tuvo la mala fortuna de lesionarse de la otra rodilla meses después. Obviamente fue un momento duro tanto para él como para los que trabajábamos a su lado, ya apenas habían pasado unos meses de su anterior recuperación y le tocaba nuevamente pasar por lo mismo. Sin embargo, gracias a su actitud, esfuerzo y profesionalidad, logró volver nuevamente antes de lo esperado y con éxito.
Generalmente, este tipo de lesiones suelen venir acompañadas de imprevistos, complicaciones o situaciones complejas, fundamentales desde el punto de vista del aprendizaje y la experiencia para crecer profesionalmente. Pero, sobre todo, desde un punto de vista humano, es tanto el tiempo y los momentos que compartes con el deportista, que muchas veces se genera una relación de confianza y afecto que hace que cuando el jugador regresa a los terrenos de juego, la satisfacción de haber podido, de alguna manera, ayudarle sea una de las sensaciones más gratificantes de nuestro trabajo.
¿Con las interrupciones de calendario y pretemporada por la pandemia ha aumentado el número de lesiones? ¿Y el tipo de lesión es ahora diferente?
Recientemente se publicó un artículo que indicaba que el número de lesiones musculares en el inicio de esta temporada había sido un 23% mayor con respecto a la temporada pasada. Si bien la primera situación de confinamiento e irrupción de la competición supuso una gran incertidumbre y una situación nunca vista anteriormente a nivel de planificación, fue el inicio de la temporada actual quizás el más difícil de manejar.
En un primer momento, ha sido muy notable la implicación desde ciertas instituciones, como por ejemplo la Asociación de Preparadores Físicos de Fútbol, aunando esfuerzos y conocimiento para publicar información relacionada con estrategias para minimizar los efectos del desentrenamiento durante ese parón y planificar una vuelta gradual y en las mejores condiciones posibles. Además, ciertas modificaciones reglamentarias como los cinco cambios, y la consciencia y preocupación por parte de los técnicos, hicieron posible sobrellevar la finalización de las competiciones a pesar de tener que jugar 2 y 3 partidos semanales.
Sin embargo, a diferencia del primero, el parón de vacaciones fue más complejo de manejar a nivel de organización, con un período breve de descanso de solo 3 semanas, el cual algunos equipos no tuvieron al completo, con jugadores en destinos vacacionales que se vieron afectados y restringidos por cuarentenas. Todo ello seguido de una pretemporada muy corta de apenas 4 semanas, y un incremento notable del número de partidos y competiciones nada más comenzar, como Copas domésticas, selecciones, partidos aplazados, etcétera.
Eres también titulado en INEF (ahora Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte). ¿Contemplas ejercer el cargo de preparador físico en el futuro?
Mi primera experiencia en fútbol fue como preparador físico durante dos temporadas en el Betanzos CF, en la Tercera División de Galicia, la cual disfruté muchísimo tanto a nivel profesional como personal. Ambos roles están muy relacionados entre sí, ya que al fin y al cabo la figura del readaptador no deja de ser un preparador físico especializado en prevención y readaptación de lesiones, pero con un enfoque más orientado al entrenamiento individual del jugador.
Ambos tienen sus aspectos atractivos. El readaptador llega a conocer más al detalle al deportista y el contexto que le rodea, con un trato más cercano, mientras que el preparador físico es responsable de la preparación de todo el equipo, y está más integrado en la dinámica competitiva. En el aspecto laboral, el preparador físico suele ser una posición de mayor responsabilidad y cercana al manager, aunque a nivel laboral generalmente más inestable que el readaptador, ya que está más expuesto a los cambios de entrenador o a una racha de resultados.
Aunque en mi carrera profesional he trabajado siempre como readaptador, si se diera la posibilidad en el futuro sí que me gustaría vivir de nuevo la experiencia de trabajar como preparador físico y formar parte de un cuerpo técnico en el que exista una buena relación profesional y de confianza.
Debido a la pandemia, ¿has tenido que cambiar mucho tus hábitos? ¿Has bajado tu relación (y viajes) con Galicia?
A pesar de lo diferente que es el fútbol sin los aficionados, especialmente con una afición como la del Newcastle, tenemos que reconocer que en nuestro sector hemos sido unos afortunados durante la pandemia, ya que hemos podido desarrollar casi con normalidad nuestra actividad laboral y deportiva en un entorno muy controlado. Al no tener a la familia cerca ni mucha gente a quien visitar, el día a día no cambió demasiado. Sin embargo, sí que se hizo difícil pasar tanto tiempo sin poder viajar a “casa”, ya que, debido a las cuarentenas impuestas en Inglaterra, en el fútbol es muy difícil poder juntar 3 ó 4 días para viajar, más otros 6 para estar en aislamiento en casa al volver. Por eso que, si en condiciones normales solía ir a Galicia 3 ó 4 veces al año, apenas he podido estar unos días en verano.
Por los protocolos anti Covid que conoces que se practican en la Liga de España, ¿son similares a los de la Premier League o ahí son más estrictos?
Por lo poco que conozco de algún compañero y futbolista que trabajan en la Liga española, los protocolos son bastante similares en general, aunque en ciertos aspectos puedan cambiar ligeramente. Por ejemplo, en La Liga los equipos visitantes no pueden usar las duchas del estadio tras el partido y tienen que ir al hotel, mientras que en Inglaterra sí se puede, aunque para ello se han adaptado vestuarios provisionales en las tribunas, o incluso en algún caso en el parking del estadio.
En ambos contextos, al inicio de la pandemia se han puesto en práctica protocolos muy estrictos, donde en un primer momento no se permitía prácticamente usar las instalaciones, y teníamos que ir directos del aparcamiento al campo para realizar la sesión, y nuevamente nos íbamos para casa. Estas restricciones podían llegar a afectar en mayor o menor medida al funcionamiento normal o ideal en torno al equipo. Por ejemplo, al no poder usar el gimnasio, era difícil acomodar a aquellos jugadores que necesitaban hacer ciertos trabajos antes del entrenamiento, sobre todo aquí en Inglaterra, donde las condiciones climatológicas no siempre permiten hacer ciertos trabajos al aire libre.
Hoy en día se ha ido recuperando poco a poco la normalidad, aunque manteniendo ciertas restricciones, como por ejemplo tratamientos reducidos a 15 minutos de duración, límite de gente en ciertas zonas como la cantina o el gimnasio, desinfectar el material después de cada uso, evitar las aglomeraciones en espacios comunes como vestuarios, sala de fisioterapia, oficinas, etcétera, además de obviamente el uso de mascarilla en todo momento a excepción de durante la sesión de entrenamiento, calentamientos y partido.
Sin embargo, en el mes de diciembre, con la aparición de los primeros brotes en algunos equipos, se endurecieron nuevamente los protocolos. Se ha pasado a tener observadores de la Premier League en el día a día, incluso dentro del vestuario en momentos previos al partido, se han incrementado el número de test a nuevamente dos por semana (como tras la primera ola), etcétera. Incluso se intentaron evitar hábitos y situaciones de contacto como los abrazos durante las celebraciones de los goles, aunque ciertas dinámicas como ésta, por ejemplo, son muy difíciles de evitar debido a la propia naturaleza de la práctica deportiva, con constantes situaciones de contacto y distintos estados de ánimo que se generan durante la competición.
A pesar de todo, creo que gracias a estos protocolos exigentes tanto en España como en Inglaterra, se ha demostrado que, tomando ciertas medidas de higiene, que en realidad no deberían suponer un gran esfuerzo (como usar una mascarilla), el fútbol profesional es un entorno bastante seguro y controlado, y por suerte se ha podido mantener la actividad, y en cierta manera servir de entretenimiento y distracción para mucha gente en épocas difíciles de confinamiento en casa. Es una pena que otros sectores no hayan tenido la suerte de tener este apoyo económico para poner en marcha estas medidas y haber podido mantener su actividad.
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