Zona Franca llega a Areal para estar cerca de la ciudadanía y los emprendedores y ofrece salas, aulas y auditorio para crear empleo
El Consorcio celebró un acto de puesta en servicio de la nueva sede en Areal con alcalde y presidenta de la Diputación, a la espera de su inauguración oficial en enero
Vigo 21 de diciembre de 2021.-
El Consorcio de la Zona Franca de Vigo descubrió la escultura El Abrazo, de Andrés Conde, en su nueva sede de Areal, en un acto de puesta en servicio del edificio, que se abre a los ciudadanos, asociaciones, colectivos, emprendedores, empresas y startups para todo tipo de actividades. En el mismo acto, con la presencia del delegado del Estado, David Regades; el alcalde de Vigo y presidente del Consorcio, Abel Caballero; y la presidenta de la Diputación provincial, Carmela Silva, se descubrieron los secretos de la reforma de edificio histórico, el más llamativo un pozo con escalera de piedra de acceso, que había permanecido oculto durante décadas.
David Regades, puso en valor “que se trata de una obra que ha tenido en cuenta la recuperación de patrimonio histórico de la ciudad, con una gran sensibilidad por los elementos arquitectónicos, que marcan la personalidad del edificio y su entorno, en la calle Areal”. También “la vuelta a los orígenes de Zona Franca, donde empezó hace 75 años, con una nave en el muelle de Areal” y que “estará abierto a la ciudadanía”.
El alcalde y presidente del Consorcio de la Zona Franca, Abel Caballero, mostró su satisfacción por el resultado de la obra y aseguró que “estamos dando un paso muy importante en la transformación de la ciudad de Vigo, con pasos de forma continua”. Además, destacó el valor de que el Consorcio “se venga al corazón de la ciudad para acoger a los ciudadanos”. Recordó que “Zona Franca es un inmenso movilizador de la economía. La presido desde hace casi 15 años y soy la persona que más tiempo he sido presidente y todo el suelo industrial que se hace en la ciudad lo lleva adelante Zona Franca”, enfatizó.
La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, calificó de “extraordinaria” la recuperación del edificio y la definió con las ideas de “sensibilidad, respeto por el patrimonio, luz, inteligencia para llenarlo de contenido, apuesta por la ciudad y ganas de impulsar Vigo”. Destacó la labor del delegado del Estado porque “Zona Franca en el centro será un revulsivo para la ciudad. Este edificio es un orgullo para los vigueses”, concluyó.
El delegado del Estado, destacó además que la ciudad “ha vivido los últimos 15 años una recuperación histórica de su patrimonio, además de este edificio de Areal 46, la sede de la Diputación, la sede de la Universidad en el edificio Redeiras del Casco Vello, el antiguo edificio del Xeral para nuevos juzgados, el Registro en la calle Real o el servicio de notificaciones de los juzgados en el barrio histórico”, subrayó. Recordó que Zona Franca tiene en marcha otros dos grandes proyectos de recuperación del patrimonio, como es la sede de Down Vigo, en el Casco Vello, y la Panificadora.
Quiso agradecer a Andrés Conde “su donación del diseño de la obra, que se convertirá en un emblema de la ciudad”. Añadió que “la cultura también es economía y nos comprometemos a poner en todos los nuevos proyectos obras de arte, como el edificio de Down Vigo y el de López Mora”.
En esta línea quiso tener un agradecimiento especial para el arquitecto, Pedro de la Puente, que asesoró técnicamente en la redacción del proyecto, y los servicios técnicos del Consorcio, “por su respeto a la hora de afrontar la rehabilitación de un edificio tan icónico de Vigo, como es nuestra nueva sede, que antes fue casa particular, Banco de España, Gobierno Militar, Rectorado de la Universidad de Vigo y edificio municipal del Concello”. David Regades anunció que “esperamos poder celebrar un acto de inauguración a principios de año”.
Un edificio para la ciudadanía y las empresas
El Consorcio de la Zona Franca de Vigo ofrecerá toda la planta baja de este histórico edificio vigués para que se puedan organizar desde reuniones a cursos con las facilidades que da encontrarse en pleno centro de la ciudad.
Varias salas de diferentes tamaños, aulas y el propio auditorio, de 140 metros cuadrados y 126 plazas, que son ampliables, configuran la oferta abierta a la ciudad para la que se establecerá un sistema para la reserva de espacios. “Se trata de estar cerca de la ciudadanía y los emprendedores para que usen el gran potencial que ofrece la Zona Franca para crear empleo”, enfatizó el delegado del Estado. Además, la Zona Franca libera la zona portuaria de sus oficinas, en Bouzas, y podrá destinar esos espacios a empresas.
David Regades destacó que “las oficinas del Consorcio ocupan en Areal menos espacio, pasamos de 2.700 m2 en Bouzas a menos de 2.000 en Areal y añadimos nuevos ingresos con los alquileres de Bouzas, donde en enero la ocupación será del 80%, para seguir invirtiendo en la economía del área de Vigo”, señaló.
Un pozo subterráneo oculto durante décadas
En el acto de puesta en servicio se descubrieron los secretos del edificio, que se han puesto en valor tras la reforma, el más llamativo un pozo subterráneo, con una escalera de piedra de acceso, que ahora se puede ver al instalar un cristal e iluminación. Los técnicos de la reforma estiman, tras el análisis de los planos, que el pozo se construyó a la vez que la casa particular inicial y que, en la ampliación que se realizó para el Gobierno Militar, quedó oculto. No descartan que luego pudiera utilizarse como almacén de objetos que sus moradores no querían que vieran la luz.
Un edificio con mucha historia
La nueva sede de Zona Franca en Areal es un edificio con mucha historia. Su primer propietario fue Fernando Carreras, un empresario que había retornado de Cuba y encargó el proyecto de su casa familiar a Manuel de Uceda, de la Academia de San Fernando de Madrid. La obra se terminó de construir en 1865 y fue un hito en su momento. Constituyó el primer gran palacete residencial moderno de la época y los vigueses hacían largos paseos para contemplarlo. Inició una serie de edificios indianos en la ciudad, que después continuaron otros, como el porriñés Manuel Rodríguez con el edificio Bonín de la calle Areal con Oporto o José García Barbón con la Escuela de Artes y Oficios.
Años después el edificio fue adquirido por el Banco de España, que encargó su reforma y modificó la cubierta con un lucernario acristalado, según el proyecto de Eduardo de Adaro, en 1895. Fue en esa etapa cuando se incorporan una serie de buhardillas en el bajo cubierta. Tras la guerra civil, el edificio pasa a ser sede del Gobierno Militar, que encargó otro proyecto de reforma que modificó de nuevo la cubierta e instaló un frontón como remate superior de la fachada norte. También se hizo una ampliación. En 1989 el edificio pasa a la titularidad del Concello de Vigo, que lo cede a la Universidad de Vigo para su primer Rectorado. La reforma modifica la fachada Este y sustituye el escudo franquista del frontón por el escudo de la ciudad. De esa época son las vidrieras de Laxeiro, instaladas en el hall principal y el paraninfo, que se hicieron en Amsterdam y de una sola pieza. Son obra del artista coruñés Gerardo Porto, que utilizó metacrilato en lugar de encintado de plomo, como era habitual en aquel momento.
Finalmente el Concello recuperó el inmueble al mudarse el Rectorado al campus de Marcosende y lo vendió en 2020 al Consorcio de la Zona Franca. La reforma de Zona Franca es de los servicios técnicos del Consorcio asesorados por el arquitecto Pedro de la Puente y tuvo un presupuesto de 3,1 millones de euros. El adjudicatario fue una U.T.E. integrada por las empresas Dragados y Prace.
Elementos singulares
Entre los elementos más singulares del edificio está la escalera principal y mármol del suelo, elementos a conservar, así como los arcos de las ventanas, donde se conservan los forjados en sus arcos. En la planta baja, el salón de actos con un techo de madera que imita las olas del mar en una instalación cuyo objetivo es destacar los arcos de las ventanas y las vidrieras. En la primera planta, el jardín vertical coronado por un lucernario. En la segunda y tercera planta un nuevo tramo de escaleras que termina en una vidriera, original del edificio.
Los elementos históricos están perfectamente integrados con la modernidad y funcionalidad de un edificio de oficinas de una administración pública de referencia para la economía y la empresa, con las últimas tecnologías.
Iluminación exterior
Además, el edificio cuenta con un proyecto de iluminación que destaca su monumentalidad y permitirá al Consorcio sumarse también a los días internacionales y celebraciones con su apoyo mediante juegos de luces y colores. Se han instalado un total de 20.624 leds. Para la iluminación se ha contado con el fabricante español Grupo MCI, que ha realizado instalaciones en 128 países. Entre sus trabajos más emblemáticos están el edificio de oficinas "Amandolier Building" de Ginebra, el innovador edificio "The Smile" en Londres, el Teatro de la ópera de Maracay en Venezuela, el Teatro Apolo de Almería, el Palacio de Abu Dabi (UAE), el Edificio de la Mutua Madrileña en Madrid, el Museo de astronomía de La Meca, el Mount Elizabeth Novena Hospital en Singapur, las Murallas Reales de Ceuta, la Galería Polnocna en Varsovia, el Convento de Santa Rosa de Viterbo en Santiago de Querétaro (México), además de numerosos hoteles por todo el mundo.
Colección de arte
Con respecto a la colección de arte de Zona Franca, la Fundación Laxeiro ha realizado el trabajo de catalogación e identificación, de forma que ahora cada obra está acompañada de una ficha con sus datos fundamentales.