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MARCOS VIEITO PAREJO - BALEARES
Licenciado en INEF, diplomado en Ciencias Empresariales y gestor deportivo
De socorrista en un hotel de Mallorca, a gerente de un club náutico al que hizo crecer hasta la conquista de campeonatos del mundo
Texto: Javier de Francisco ©
La perseverancia, el trabajo y la fortaleza mental son algunas de las cualidades que definen la personalidad del ourensano Marcos Vieito Parejo. Defendió la portería del club de cantera Pabellón hasta la edad cadete, compitiendo a base de talento, buenas condiciones y mucha superación con porteros de mayor envergadura. Acostumbrado desde siempre a aprender y mejorar, en la etapa universitaria llegó a combinar tres titulaciones: Ciencias Empresariales, INEF y TAFAD (Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas). Nada más finalizar los estudios, una oferta laboral de verano le condujo hasta Mallorca, en donde pasó de socorrista en un hotel a gerente de un club náutico al que hizo crecer hasta la conquista de varios campeonatos del mundo, pasando antes por el cargo de coordinador de una instalación municipal: “A mí nadie me conocía en la isla y al final me hice un sitio en la náutica deportiva dentro del deporte de la vela, que es mundo muy cerrado... Encontré la oportunidad de entrar en un club náutico, para montar una escuela desde prácticamente cero, y estuve organizando la escuela de invierno, la de verano y creando un equipo de regatas con el que conseguimos dos campeonatos del mundo juveniles y un subcampeonato de Europa”, resume Marcos Vieito. Otro de sus logros, de mayor legado para el deporte de la vela, ha sido desarrollar un programa gratuito para las escuelas de Mallorca, y que este curso han replicado desde el Gobierno balear: “Después de muchos años de haberlo creado yo, el programa ha servido para que este deporte llegue a un montón de niños de la isla que no conocían el mar, estando rodeados de agua”, explica.
Tras dirigir el Club Nàutic S´Estanyol y su instalación portuaria de Llucmajor durante los últimos seis años, su nueva apuesta es especializarse como analista de datos en el fútbol profesional. Es uno de los alumnos del prestigioso Máster en Big Data aplicado al Scounting en Fútbol, impulsado por UCAM, el Sevilla FC y Sports Data Campus, y que tiene entre su profesorado a Monchi, ex director deportivo del Sevilla FC y actualmente del Aston Villa; Víctor Orta, que ejerció esta temporada como director deportivo del propio Sevilla FC; y Pablo Sanzol, con idéntico cargo en el Alavés.
Con su club celebrando el primer Mundial de Vela
Tu formación universitaria incluye INEF y Ciencias Empresariales. ¿Cómo lograste combinar ambas titulaciones, cursándolas además en ciudades y universidades distintas?
Soy de la promoción 2000-05 de INEF en A Coruña y anteriormente, en la promoción 1997-2000 había cursado Empresariales en Ourense. Me matriculé en Empresariales porque debido a una lesión no superé aquel año las pruebas de acceso a INEF y en vez de perder doce meses de espera decidí matricularme en Empresariales en mi ciudad. Lo que pasa es que me gustó y continué. En mi segundo año de Empresariales surgió en Ourense la promoción de TAFAD (Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas, grado que actualmente se denomina TSEAS) y fui simultaneando estudios. Al superar ambos estudios sí que pasé las pruebas de INEF y estuve cinco años en A Coruña. De Empresariales me habían quedado tres asignaturas. Mi idea era sacarlas mientras hacía INEF, pero incluso por coincidencia de fechas de exámenes las dejé para después de licenciarme en INEF, en 2005. Y ya las aprobé en el primer cuatrimestre del curso 2005-2006. Estuve en Ourense hasta febrero de 2006, entonces empecé a enviar curriculums y estuve un mes sin recibir ninguna respuesta, hasta que de repente en 12 horas me surgieron tres ofertas de trabajo.
¿En qué consistían esas tres opciones para iniciarte en el mundo laboral?
Una era para montar una escuela de vela en A Coruña, otra en Madrid para trabajar en un gimnasio de alto standing y la tercera era para ir a Mallorca. Así que decidí irme a Mallorca para trabajar la temporada de verano y buscar después con calma mejores opciones. Pero ya me resultó imposible regresar.
¿Cuál fue la oferta de trabajo que te llevó a Baleares?
Era para hacer la temporada de verano en un hotel como socorrista. Yo ya había trabajado como socorrista de playas cuando estudiaba en A Coruña. Y con la oferta de Mallorca dije: la acepto y me voy a ese buen destino turístico para descansar. Pero al pasar la temporada de verano me surgió la posibilidad de trabajar en una instalación municipal en la que estuve casi seis años coordinando la piscina, dando clases, actividades dirigidas de sala y trabajando en lo mío, en el sector del deporte. Hasta que empecé a tener problemas con el cloro, primero una alergia en los ojos, y tras varios tratamientos decidí cambiar de aires. Encontré la oportunidad de entrar en un club náutico, para montar una escuela desde prácticamente cero, porque había poco presupuesto. Estuve organizando la escuela de invierno, la de verano, creando un equipo de regatas, que conseguimos dos campeonatos del mundo juveniles y un subcampeonato de Europa... Al final me ofrecieron dirigir todo el club y la instalación portuaria, como gerente. Y esa fue mi tarea en los últimos seis años, en el Club Nàutic S´Estanyol, en Llucmajor, en el sur de la isla de Mallorca.
En la Escuela Nacional de Vela Calanova
¿Cuántos años en total trabajaste en el náutico S´Estanyol?
Fue una travesía de 13 años, los seis últimos como gerente.
Y ahora mismo estás buscando nuevos proyectos y retos profesionales...
Sí, hace un par de meses vi que ya no podía aportar en el Club Nàutic S´Estanyol y que la situación estaba cambiando con la junta directiva, por lo que decidí un cambio de aires. Llegamos a un acuerdo para que no fuese una salida traumática para ninguna de las dos partes y ahora me estoy formando en otro ámbito de la vida y esperando nuevas oportunidades.
¿En qué especialización te estás formando?
Estuve haciendo un curso de digitalización en la empresa, en el que empecé a profundizar en el big data, el análisis de datos y la inteligencia artificial. Y me enganchó tanto que hace un par de meses comencé un máster de big data enfocado en el scouting en fútbol, que era mi deporte de toda la vida. Ahora me estoy formando para ser analista en general, aunque el máster está enfocado en el deporte del fútbol.
Preparado para la salida en la prueba de cicloturismo Mallorca 312
¿Entonces tu objetivo es formar parte de staffs técnicos en el fútbol profesional?
Sí, ahora todos los clubes de fútbol, sobre todo los que tienen más poder adquisitivo, trabajan con analistas. Antes se hacía el scouting de toda la vida, el de ir a los campos a hacer anotaciones y a descubrir talentos para poder hacer fichajes. Ahora está todo mucho más digitalizado, se utilizan estadísticas, los clubes acumulan grandes bases de datos y hacen falta profesionales que los analicen y encuentren las mejores opciones para trasladar a los cuerpos técnicos. Y no sólo de posibles fichajes o de análisis de los rivales, sino también de analizar a tu propia cantera y equipo. Esto es lo que ahora estoy tratando de aprender.
¿Pero con la idea de seguir en Mallorca o de buscar nuevos destinos?
Si hay una buena oportunidad no me importaría moverme. Sí que es cierto que al estar casado con una mallorquina y tener dos hijos aquí, con nuestra vida hecha, desplazarse es complicado. Aquí, como clubes a primer nivel, tenemos al Real Mallorca en fútbol y al Palma Futsal en fútbol sala. Hay opciones, pero si me tengo que desplazar no creo que hubiese ningún problema, siempre y cuando fuese una muy buena oportunidad. También es un trabajo que se puede hacer en remoto. Mucha parte se hace analizando vídeos, así que da igual en donde te encuentres.Y para hacer seguimientos concretos de jugadores, en partidos, aquí hay muy buenas comunicaciones, así que también se podría hacer fácilmente.
¿El máster que estás cursando es de la Universidad de las Islas Baleares?
No, el que estoy cursando lo organiza la UCAM, la Universidad Católica de Murcia, en colaboración con el Sevilla FC. Es online, con algunas sesiones presenciales repartidas a lo largo del año. Como la mayor carga del master es online, puedo combinarlo muy bien.
Corriendo la Media Marathon de Palma
Seguro que en el profesorado hay figuras del fútbol profesional...
Sí, los primeros módulos los imparten profesionales muy conocidos, como Monchi, director deportivo del Sevilla en dos ocasiones, de la Roma y en la actualidad del Aston Villa; Víctor Orta, que fue hasta hace unos días director deportivo del Sevilla; Pablo Sanzol, que estuvo en la dirección deportiva del Eibar y ahora en la del Alavés... Es decir, son profesionales que están trabajando al máximo nivel. Luego en la parte de software del máster están las mejores empresas, así que es una especialización de primer nivel. De hecho, está considerado el mejor máster en habla castellana de esta formación. Hay alumnos de todo el mundo, que lo están cursando online, y se está expandiendo. Ya se está haciendo uno en lengua portuguesa y otro en inglés. Como están llegando a casi todo el mundo, la formación que han iniciado en España la están llevando a muchos países porque existe mucha demanda.
El fútbol no te resulta ajeno. ¿A qué nivel llegaste a jugar en Ourense?
Sí, comencé en benjamines en el Pabellón y estuve hasta finalizar la etapa de cadete. Mi posición era un poco particular, como portero, y al no tener una gran estatura a veces eso me dificultaba. En edad juvenil me pasé al fútbol sala, con portería más reducida, y estuve varias temporadas, incluso con opcioes de llegar al Ourense Futsal, en división de honor. Empecé en su filial, pero por problemas en una rodilla no pude competir bien, y al cambiarme de ciudad por los estudios tuve que dejarlo. No generaba ingresos económicos, estabas fuera y la vida te va llevando por otros caminos, así que el fútbol quedó un poco apartado.
Marcos Vieito visitando el Estadi Son Moix
Con tu titulación en INEF, ¿la docencia no te tira?
Bueno, de pequeño siempre quise ser profesor de Educación Física. Sin embargo, al tener la doble formación, con Empresariales e INEF, al final lo que hice fue tirar más hacia la gestión deportiva, que es a lo que me he dedicado en los últimos años y es en lo que estoy enfocado. En Baleares el primer problema que tengo para impartir docencia es el idioma catalán. Exigen un muy alto nivel de catalán; yo lo hablo y lo entiendo perfectamente por todos los años que llevo aquí, en la isla, pero no tengo esa titulación. Por eso es una puerta que tengo cerrada. No estoy mal, ya que he encontrado dentro de la gestión deportiva un mundo que desconocía cuando era joven y tenía otras ilusiones y sueños, pero que he descubierto, me he formado y creo que es mi sitio. Es además un ámbito en el que también se puede enseñar, pero de otra manera. A mí nadie me conocía en la isla y al final me hice un sitio en la náutica deportiva dentro del deporte de la vela. Es un mundo en el que cuesta entrar, porque van surgiendo pocas oportunidades. No es lo mismo gestionar una empresa, donde al final todas trabajan con muchas similitudes, aunque tengan productos diferentes, que hacerlo en el deporte de la vela, que es un campo muy cerrado y diferente, donde no hay ni público. Todo el mundo cree que es un mundo de ricos o de pijos, y no es sencillo hacer ver que es completamente diferente. Tampoco es fácil crear un programa gratuito para escuelas de la isla, que este curso han repetido desde el Gobierno balear, después de muchos años de haberlo creado yo, para llegar a un montón de niños de la isla que no conocían el mar estando rodeados de agua. Eso ha sido muy bonito. Y me ha permitido estar cerca de la educación, porque trabajas con niños, pero desde otro ámbito que no existe en la enseñanza formal.
Durante una excursión a la Tramuntana
¿La vela también te enganchó a nivel personal, como deportista?
Sí, sí. Al ser de una provincia de interior no conocí la vela hasta bastante mayor. A través de la formación de TAFAD hicimos una semana azul, nos fuimos a Sada (A Coruña) y allí teníamos actividades náuticas. En mí caso, a pesar de tener Castrelo de Miño (Ourense) al lado de casa, yo no conocía la vela. Pero al comenzar a practicarla, parece que se me dio bien o que tenía algún don... En la vela la gran dificultad es que dependes del viento y éste es invisible. Así que si no eres capaz de identificarlo, no es fácil navegar a vela. A mí se me dio bien desde el principio. En INEF tenemos la asignatura de vela, hice toda la continuidad curricular, y tuve la suerte de contar con un profesor que en ese momento era el director de la Federación Española de Vela, que desde Barcelona 92 siempre ha estado en los Juegos Olímpicos como técnico y siempre ha obtenido medallas, primero con España y luego con otros países. Yo tenía esa titulación; en un primer momento, al no haber sido regatista de joven, no tenía interiorizadas las oportunidades que pueden surgir en este deporte, pero sí que lo he tenido como recurso, y al final le he sacado partido. Sí que he participado en alguna regata, soy juez y oficial de regatas, tengo una serie de titulaciones para formar parte de la organización de las regatas, a parte de poder ser regatista. Pero bueno, con 48 años, la vela ligera, que es a lo que me dedicaba, ya se complica porque es muy dura a nivel físico, pero de vez en cuando participo con amigos en la vela de crucero, que siempre apetece.
Participando en una entrega de alimentos a Cáritas
Llevas casi 20 años residiendo en Mallorca. ¿Cómo es la calidad de vida en la isla?
Estoy perfectamente adaptado. Siempre me decían: es una isla, vas a tener la sensación de agobio... Pero para nada, ya que la dimensión es lo suficientemente amplia como para no tener la sensación de que estás realmente en una isla. Sí que hay ciertas complicaciones para desplazarte a mayor distancia, porque siempre dependes de un avión o de una barco para viajar, y los trayectos se hacen largos. Y de calidad de vida sí que hay mucho que decir. Tenemos más de 300 días de sol al año, el verano se hace duro algunas veces por las altas temperaturas, pero existen muchas opciones de disfrutar, de salir a la calle... A nivel de servicios también está muy bien, al ser una isla pensada para el turismo. Es cierto que la tendencia de los últimos años ha sido de una excesiva masificación, y los precios se han incrementado muchísimo, no así los salarios, con lo cual la vivienda es muy cara, los productos básicos se están encarenciendo mucho y hay demasiada gente por las calles y playas, con atascos muy habituales. Yo diría que la calidad de vida era muy alta hace unos años y que en los últimos ha bajado. Ya no se disfruta tanto de la isla porque está saturada.
¿Has conseguido transmitirle a tus hijos la pasión por Galicia?
Sí, les encanta; viajamos a Galicia un mínimo de dos o tres veces al año. Les gusta mucho ir. No siempre estamos en Ourense, sino que visitamos también otras zonas para que vayan conociendo su origen. Tenemos amistades que tienen hijos de estas edades y ya se han hecho amigos entre ellos; de hecho los nuestros nos piden ir a visitarlos y ellos nos han devuelto esas visitas aquí, en Mallorca. Es decir, hay mucho vínculo con Galicia, ya no sólo familiar, sino también de amistades.