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CARLOS VASALLO - ESTADOS UNIDOS

 

Fundador de Vasallo TV Group, presidente y CEO de América CV Network y mayor propietario de cine mexicano

Gratitud a la Asociación y Palacio de la Prensa de Madrid, en el “72 cumpleaños de nacer y 58 de renacer”

Texto:Carlos Vasallo*

Miami, 18 de octubre de 2022

Mi acta de nacimiento dice, e incluso afirma y certifica por escrito, que fui inscrito en el Registro Civil de nacimientos en Valencia (España), el 18 de octubre de 1950 con el nombre de Carlos Luis Fernando Vasallo Tomé.

Mi padre trabajaba en ese momento como periodista -era director adjunto- en el diario Levante, de Valencia, perteneciente a la Cadena Oficial de la Prensa del Movimiento, la única empresa en la que trabajó mi padre en toda su vida, y en la que llegó a ser el director general técnico (la otra plaza de director era un cargo político), y en la que se encuadraban más de 40 periódicos de toda España -la mayor parte de ellos, por no decir casi todos- incautados y nacionalizados durante y al acabar la Guerra Civil española, que había durado desde el 17 de julio de 1936 (fecha del llamado Alzamiento Nacional) hasta el 1 de abril 1 de 1939, fin de la guerra civil fratricida.

Un año y dos meses después de terminada, en concreto el 13 de julio de 1940, se formó la empresa denominada “Delegación Nacional de Prensa y Radio” del Movimiento, que era el arma de información y control -además de propaganda- más importante y eficiente por muchos años del Régimen de Franco y que pertenecía en el Organigrama Franquista al Movimiento Nacional de la Falange (único partido oficial). Reitero que con la Delegación Nacional de Prensa y Radio, el Régimen quiso y pasó a controlar los más de 40 periódicos existentes, entre ellos el “Arriba”, que servía de frente escrito y oficial del Régimen, y posteriormente “Marca”, que sobrevive a día de hoy.

Esa organización se convirtió en la más importante de comunicación de la historia de España hasta esa fecha y fue clave en el desarrollo del país desde una posguerra ingrata hacia un bienestar posterior.

Además, los lunes no había periódicos, porque era el “supuesto día de descanso”, y en su lugar se imprimían unos periódicos llamados “La Hoja del Lunes” en las cincuenta linotipias de los cincuenta diarios (cifra a la que llegó la cadena casi de inmediato) de otras tantas provincias de España, hoy enclavadas en 17 comunidades autónomas.

Esas Hoja del Lunes que se imprimían en el periódico importante de cada capital de provincia todos los lunes para sustituir y cubrir que ese día no se editaban los diarios, también tenían como finalidad generar un dinero que se recolectaba y que se depositaba en un fondo con el que financiar las distintas sucursales o delegaciones de provincias de la Asociación de Periodistas que formaban parte de la Asociación de beneficencia de periodistas y médica que atendía las necesidades de estos profesionales y de sus familias.

Este colectivo tenía su sede en el edificio del Palacio de La Prensa, en la céntrica y emblemática Plaza del Callao de Madrid y que a la sazón tenía un cine que también se llama y llamaba así. Ese edificio fue construido y financiado por la Asociación de Periodistas formada a principios del Siglo XX. Fue esa propia sociedad la que mucho antes de la guerra le encargó al arquitecto Pedro Muguruza el citado edificio, construido en cuatro años (de 1924 a 1928). Es decir, que gracias a esa Asociación de Periodistas existe el edificio del Palacio de La Prensa, uno de los símbolos de la Gran Vía de Madrid. Y fue esa Asociación la que lo desarrolló, financió y encargó al arquitecto Pedro Muguruza.

El edificio fue primero propiedad de la Asociación original, hasta el fin de la Guerra Civil, y después de ésta, pero bajo propiedad del Estado, pasó a ser de la asociación derivada de la de los primeros tiempos y nacionalizada.

Así de importante era ser periodista en una época en la que el papel lo era todo y en la que los periodistas eran las estrellas. Mi padre fue una de esas estrellas, quizás de las más grandes y brillantes con luz propia de esa constelación y de ese edificio.

Años después el emblemático Palacio de la Prensa fue adquirido por la familia Reyzábal, que fueron mis primeros socios en la producción de películas, y a través de mi amigo José María. Y así fue como años después volví a ese edificio al que acompañaba de niño a mi madre para recoger cupones para pagar a los médicos de mis tiempos. Allá por 1978 y 1979 negocié mis primeras películas como productor con mi nombre (antes había participado y negociado en más de diez películas hoy de mi propiedad), que fueron “Oro Rojo y después “Manaos”.

Vista del amanecer desde la habitacion de Carlos Vasallo en Key Biscayne

José María Reyzábal tuvo para mi la inmensa virtud de creer en aquel joven de 27 años que se consideraba productor sin haber producido ninguna película, y así se convirtió en mi bastión económico y apoyo moral para salir adelante. Él me aportaba un dinero para la producción en régimen de coproducción como marco legal de coproducción entre España y México, y a cambio Ízaro Films (su compañía) se quedaba España y un pequeño porcentaje del Mundo.

Años después le compré todas las películas que habíamos hecho juntos; además de las mencionadas, otras como “Las mujeres de Jeremías”, una de mis películas favoritas porque la dirigió mi amigo entrañable Tito Fernández, y en la que trabajaron Jorge Rivero y Andrés García, claves en ayudarme en aquellos tiempos al creer en mí, pues ellos ya eran figuras. También en ese film trabajó la que sería mi tercera mujer -por muy poco tiempo-, Isela Vega, en aquellos momentos de una belleza deslumbrante.

 

Carollo Deredia y Carlos Vasallo

Más tarde los Reyzábal ya se pasaron al Edificio Windsor, que habían construido y acabado en 1981, y donde me dieron un pequeño despacho para cuando viajaba de México a Madrid, y desde donde seguí siendo socio en otras películas.

Todo lo anterior me viene a la memoria porque gracias a la Asociación de Periodistas hoy cumplo años. Cuando me diagnosticaron una acromegalia, o tumor en el cerebro, en 1963, mi madre me pudo llevar a los mejores médicos sin pagar ni un duro. Gracias a esa Asociación, en la que mi padre fue también miembro importante y alto directivo, uno de esos doctores (el doctor Borrachero) le garantizó a mi madre (y en mi presencia) una muerte segura para mí. ¡En un máximo seis meses! Otro de los médicos, el doctor Vicente Pozuelo Escudero, me adoptó, curó, mimó y prolongó aquella fatídica fecha y me permitió llegar a hoy, ¡58 años después!

¡Al doctor Pozuelo Escudero!

¡A mi Madre!

¡A mi Padre!

¡A la Asociación de Periodistas!

¡A todos les quiero dedicar este 72 cumpleaños de nacer y 58 de renacer!

Cuando a los 14 años, y de frente, te dicen que te vas a morir, aprendes a vivir sin miedo. Y así he vivido todos estos años dando frente a la vida. ¡Porque para dar y darte la espalda, ya hay muchos compañeros de viaje!

Ésta ha sido una extraña reflexión que me surgió anoche al pasar el meridiano de las 12 y descubrir que un nuevo año, una nueva oportunidad, empezaba. Y que por delante tenía muchos amaneceres como el que estoy contemplando ahora mismo. Y muchos atardeceres. ¡Y entre medio la vida misma!

Amigos !! Hijos !! Familia!! Mujeres!! Trabajo !! Esfuerzo!!

Y generosidad para recordar y agradecer a todos los que me han ayudado a llegar aquí. Termino diciendo que no me siento mayor, porque siempre he creído que nací mayor, y también programado para las responsabilidades. A partir de hoy afronto una más.

¡Vivir muchos años más!

¡Y poderlo celebrar con todos ustedes/vosotros!

(*) Carlos Vasallo, originario de Trasanquelos (Oza-Cesuras, A Coruña), es un empresario del sector audiovisual con dilatada trayectoria en México, Estados Unidos y España. A través de este artículo exclusivo, comparte recuerdos y vivencias con los lectores de www.galiciaexterior.com

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