La alta dirección gallega en el sector industrial está representada en el Reino Unido por el ingeniero coruñés Yago Fontán, ex director gerente de Coasa. En febrero de 2020, su vida y su trayectoria profesional cambiaron de rumbo. Después de veinte años ejerciendo cargos de máxima responsabilidad (director de calidad, de producción y director gerente) en la factoría ourensana del grupo Aernnova, la compañía aeronáutica le eligió para ponerse al frente de una operación corporativa de altura: la integración de la británica Hamble Aerostructures, adquirida por Aernnova a General Electric Aviation. Pasaba así a liderar el proyecto estratégico del momento en una factoría con 700 trabajadores y especializada en componentes y estructuras complejas, incluida la aviación militar. Solo unos días después de su nombramiento y de su llegada al Reino Unido se desató la pandemia del coronavirus, que golpeó de lleno al sector aeronáutico. Más allá del lockdown (confinamiento), Yago Fontán también ha tenido que enfrentarse durante su estancia en Hamble a las restricciones, limitaciones y consecuencias del Brexit, de la invasión rusa en Ucrania, de la inflación, de la crisis de componentes, del encarecimiento de las materias primas... Pero ha sabido buscar rápidas adaptaciones a los nuevos tiempos y avanzar a velocidad crucero en el nuevo plan de negocio de la planta británica de Aernnova. El protagonista del mes en http://www.galiciaexterior.com/ es ingeniero químico por la Universidad Ramón Llull de Barcelona. Antes de su actual destino en el sur de Inglaterra siempre había ejercido cargos directivos en el sector industrial gallego. Fue responsable de laboratorio en PSA Vigo (actual Stellantis) y en 2001 se incorporó a Coasa como director de calidad. Durante diez años (entre 2010 y 2020) estuvo al frente de la factoría gallega de Aernnova, como director gerente. Coruñés de la Plaza de Vigo, y muy identificado con Vigo y Ourense, es un apasionado del ciclismo. Practica mountain bike y gravel, y estos días se prepara para su próxima participación en Ponferrada en la ya mítica prueba “101 Km peregrinos”, 24 horas por el Camino de Santiago de Invierno.
O enxeñeiro ourensán Martín Pérez orientou a súa carreira profesional cara a ciberseguridade e, desde 2017, reside en Eindhoven, un dos grandes núcleos europeos da tecnoloxía e do deseño. Graduouse en Enxeñería Informática na Universidade Politécnica de Madrid, tras realizar os primerios cursos na Uvigo, e fixo o Traballo de Fin de Grao na facultade de Ciencias da Computación e Enxeñería da Eindhoven University of Technology. Debido ás grandes posibilidades laborais que ofrece a urbe de orixe da histórica Philips, xa non precisou mudar de cidade para aplicar no sector empresarial a súa formación. Nos últimos cinco anos acumulou experiencias noutras tantas firmas do ámbito da consultoría informática, como consultor en desevolvemento, seguridade e operacións (DevSecOps) ou como analista de calidade de software. Na actualidade exerce a súa especialidade na multinacional Xebia, na que é consultor de seguridade en Cloud. A cotío traballa para coñecidas compañías de sectores como as finanzas e a automoción, así como para institucións educativas e sanitarias. Martín Pérez detecta que “en Galicia existen posibilidades laborais na informática”, mais a súa percepción é que “a inmensa maioría están centradas puramente no desenvolvemento de software”, polo que escasean os roles máis especializados. O seu plan persoal é retornar “eventualmente” e exercer como consultor “de forma autónoma con base en Galicia”. Con esa visión, considera que o primeiro paso para “ver florecer o emprendemento en Galicia é comezar a promocionar o traballo remoto dende alí. Moitos lugares do mundo con crises demográficas xa estableceron iniciativas para recuperar talento e reactivar as economías locais”, afirma. Polo contrario, a inercia actual fai que España estea a vivir “un centralismo económico que concentra toda a inversión tecnolóxica en núcleos concretos do territorio, vaciando as provincias de persoal formado para levalos a lugares xentrificados, elevando o custo da vida dos locais, e traballando polo desenvolvemento de zonas moi concretas mentras o resto do país cae nunha recesión”, describe o enxeñeiro ourensán. Mentres, interpreta que na fuga de talento xove a vítima non son as xeracións actuais, senón que a verdadeira vítima “é unha sociedade disposta a realizar o esforzo de formar profesionais que logo marchan sen ter a oportunidade de facer rentable a inversión adicada á súa educación”.
La progresión del ourensano Cristian M. Fernández Martínez en su área de especialización, la readaptación y recuperación de lesiones, formando parte del departamento médico del club, es comparable a la de un joven futbolista que llega a la cuarta categoría del fútbol inglés y que solo necesita unos meses para dar el salto, triunfar y permanecer en la Premier League. Un viaje y un sueño que solo están al alcance de los más talentosos y de quienes convierten su trabajo en un modo de vida, con dedicación absoluta. Cristian ha transformado una beca Leonardo, de siete meses de duración, en el Northampton de League Two (cuarta división inglesa) en un pasaporte seguro para ejercer su profesión -todavía novedosa en el Reino Unido- en dos clubes de la Premier League tan seguidos como el Hull City y el Newcastle United. Coincidió con el staff de Rafa Benítez que hizo regresar al Newcastle a la máxima categoría y vive ya su quinta temporada en el club.
Es graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, máster en profesorado de Secundaria y Formación Profesional (Universidad de A Coruña), en Investigación en Actividad Física, Salud y Deporte (Universidad de Vigo) y en Prevención y Readaptación Físico-Deportiva de lesiones en el fútbol (Universidad de Castilla La Mancha), doctorando en prevención y readaptación de lesiones (Universidad de A Coruña) y profesor de las federaciones de fútbol de Galicia y Madrid. Aunque Cristian Fernández vive un momento álgido en su profesión, entre sus retos están estrenarse en la Primera División española (La Liga) y volver a ejercer como preparador físico, cargo que ya desempeñó en Galicia (Betanzos CF) antes de establecerse en el Reino Unido.
Desde Cambridge, el investigador ourensano Pablo Sierra, especialista en Biomedicina y Oncología, analiza para los lectores de galiciaexterior.com cómo afronta el Reino Unido la pandemia del Covid-19 y cómo ha asumido la población el cambio desde un planteamiento inicial de herd immunity a un confinamiento similar al de la mayoría de países. Pablo Sierra afirma que si existiese la posibilidad de obtener el número exacto de personas contagiadas, esa cifra “sería nuestro denominador y el porcentaje real de fallecidos resultaría menor. Sin embargo, la sobrecarga del sistema sanitario, falta de material, de organización y de respuesta por parte de nuestros políticos, etc... todo esto y más lleva a no poder dar el mejor cuidado a los más débiles, lo que aumenta el número de muertes totales”.
Su tesis doctoral sobre optimización de comunicaciones entre ordenadores, es decir, sobre cómo hacer más eficientes las comunicaciones entre procesadores de varios núcleos que no son totalmente independientes, fue la gran demostración de que la gallega Sabela Ramos tenía un gran futuro laboral e investigador por delante y que iba a despuntar en el selectivo campo de la informática de altas prestaciones (HPC, High Performance Computing). Y así es, porque está dejando huella en una actividad y en una profesión con estigma y brecha de sexo, por la baja cuota de mujeres. Se formó como ingeniera en Informática en la Universidad de A Coruña y ha sido Premio Fin de Carrera y Premio Nacional a la Excelencia en el Rendimiento Académico Universitario (curso 2008-2009). Completó formación con un postgrado en la prestigiosa Escuela Politécnica Federal de Zurich. En el año 2017 se incorporó a la sede suiza de Google, en la que después de tres años ejerciendo como ingeniera de software en YouTube, en la actualidad trabaja en Google Research en nuevas herramientas para desarrolladores e investigadores. La escalabilidad, la velocidad y las aplicaciones intensivas en datos forman parte de su vida profesional y de su faceta investigadora. En su infancia y juventud, Sabela Ramos tuvo residencia familiar en varias localidades gallegas, entre ellas Padrón y Cee, tal y como recuerda para los lectores de galiciaexterior.com .
La actual experiencia profesional de Jesús Santos Conde, con origen familiar en el municipio ourensano de A Merca, es la suma del respeto y armonía tan característicos del estilo de gestión empresarial de las multinacionales japones y de la precisión y minuciosidad de la gran industria alemana. Nacido y formado en Duisburg, en plena región del Ruhr, el centro neurálgico de la producción de hierro y acero, desde 2012 ejerce el cargo de director de proyectos comerciales en Hitachi Power Europe. Es experto comercial en la construcción de plantas de energía solar térmica y de centrales de carbón “llave en mano”. Entre otras instalaciones, se ha encargado del desarrollo de seis plantas de energía a carbón en la India, en concreto en Maharashtra, Uttar Pradesh y Raghunathpur, en Bengala Occidental. Previamente a su incorporación a la multinacional nipona Hitachi Power, Suso Santos ha trabajado en Pakistán, Indonesia, Estonia y España, para grupos como Klöckner Industrie-Anlagen, Lurgi Bischoff, RWE Industrie-Solutions y MAN Solar Millennium. Define como “muy especial” su vinculación actual a Hitachi y destaca que la cultura de gestión japonesa “cumple con los empleados con un alto aprecio, especialmente en tiempos económicamente inestables. Los métodos de liderazgo japoneses, en contraste con otros diseñados para la individualidad y la autosuficiencia, están más relacionados con el trabajo grupal y el intercambio de ideas”.
El ingeniero ourensano Daniel Bravo está a punto de cumplir cinco años y medio en Alemania, en donde vive una gratificante experiencia profesional en una factoría del gigante Continental, en Nuremberg, formando parte de un equipo que desarrolla software para el control de la electrónica de automóviles en proyectos industriales para Porsche. Trabaja en la división de electrónica del automóvil en la multinacional Continental. Se graduó como ingeniero técnico industrial, en la especialidad de Electrónica Industrial, en la Universidad de A Coruña. Antes de probar en el mercado de trabajo de Alemania, vivió su primera etapa laboral en Coasa, en el Parque Tecnológico de Galicia, como becario de FEUGA (Fundación Empresa-Universidad Gallega) durante un año. “Al terminar la beca, como no había ninguna vacante en Coasa, busqué trabajo en Galicia, pero al ver cómo estaba por aquel entonces el mercado laboral, comencé a estudiar alemán”, recuerda. Cuatro meses después de llegar al país, se incorporó como ingeniero a Continental.
La nueva era de la emigración gallega es talento, constancia y brillantez. La Galicia envejecida y gris (el color preferido de nuestros políticos) está hoy en las Antípodas de la nueva Galicia del Exterior, en la que despunta un potente colectivo de jóvenes que cosechan en sus destinos el prestigio profesional y el reconocimiento social que ya no existen en su país de origen. El investigador ourensano Pablo Sierra es un claro ejemplo de la generación de la alta formación y de las ideas claras. Se dedica a los avances en el tratamiento del cáncer desde la Biomedicina: “He vivido la experiencia de perder a dos seres muy queridos por culpa del cáncer, y por ello me dedico a esto. En el laboratorio estás “detrás de la barrera”, pero en donde estoy ahora, puedo influir en las decisiones de hematólogos sobre cómo deben tratar a sus pacientes. Mi empresa se centra en el diagnóstico y monitoreo de pacientes con mieloma múltiple, un tipo de cáncer que no tiene cura en la actualidad”, explica Pablo Sierra a los seguidores de Galiciaexterior.com. Su trayectoria investigadora se desarrolla en el Reino Unido, uno de los países más demandados por la comunidad científica internacional: “Una de las claves que nos diferencian de un país como el Reino Unido es la conciencia social.
Por ejemplo, la gran mayoría del dinero que llega a Cancer Research UK (CRUK) viene directamente de donaciones de la gente; solo una mínima parte procede del Gobierno. ¿Y por qué?, pues porque la gente no quiere que sus familiares y amigos mueran de cáncer. Y si son diagnosticados, ayudan para que nuevos tratamientos descubiertos a través de CRUK (u otras instituciones) les permitan seguir viviendo el máximo tiempo posible. La finalidad es encontrar una cura, y para conseguirlo, donan dinero cada semana, cada mes o cada año a “charities” como CRUK, que lo invierte en investigación. Esto atrae a los mejores investigadores del mundo al Reino Unido; saben que aquí no sólo van a disponer de muy buena financiación, sino que también van a ser reconocidos por su trabajo. Hay mucho respeto y agradecimiento por aquellos que se dedican a investigar, sea cual sea el campo que estudien”, asegura.
Después de cuatro años como investigador en el Beatson Institute, en Glasgow (Escocia), Pablo Sierra se incorporó a finales de 2017 a The Binding Site, una spin off de diagnóstico clínico creada en la década de los 70 en la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad de Birmingham. En Beatson ha tenido parte activa “en un proyecto del cual no había ningún tipo de estudio previo, y al final llegó a ser algo mucho mejor de lo que jamás hubiera soñado. Hemos logrado encontrar cómo un simple azúcar es capaz de frenar el crecimiento de muchos tipos de células tumorales e incrementar el efecto de la quimioterapia cuando se usa en combinación con estos fármacos. Sobre todo cuando esos tumores presentan niveles muy bajos de una proteína en concreto que, tal y como mostraremos en la publicación, podría ser usada como biomarcador para identificar qué pacientes se podrían beneficiar de este tratamiento, y cuáles no”. Nuestro nuevo protagonista de Galiciaexterior.com comparte con cientos de investigadores y científicos gallegos el deseo de retornar algún día, pero no confía demasiado en los típicos programas de las Administraciones que cacarean y publicitan -casi siempre antes de unas elecciones- el regreso de la generación perdida: “Todo lo que se pueda percibir de los políticos, a día de hoy, es una cortina de humo que al final, desgraciadamente, no ayuda a nadie; sólo nos perjudica. No soy el primero que escucha como algunos de los mejores científicos gallegos han intentado volver a través de estos “programas de recuperación”, y han tenido que hacer las maletas o dejar de trabajar en lo suyo, porque el programa se acaba y no hay visión de futuro más allá. Creo que las cosas cambiarán cuando los políticos de este país cambien”.
En otra de sus reflexiones sobre los actores del sector público, Pablo Sierra concluye que “España se ha caracterizado siempre por una clase política que evoluciona mucho más lentamente que el resto de la población, de ahí que no se dé dinero a la investigación, pero si a la construcción de autopistas que acaban en quiebra”.
Entrada a las oficinas centrales de LEGO en Billund
Hace casi dos años, el ingeniero ourensano Pablo González emprendió un viaje laboral de lo más radical. Cambió las grandes infraestructuras por el corazón de una de las marcas de juguetes más universal, la danesa LEGO. Entre los años 2008 y 2012, dedicó largas y esforzadas jornadas de trabajo como supervisor de obra civil de Iberdrola Ingeniería en la central hidráulica San Esteban II, que gracias a ese proyecto pasó a convertirse en la mayor planta hidroeléctrica de Galicia, con 441 megavatios de potencia instalada y una producción anual de 1.000 gigavatios hora (el equivalente al consumo medio anual de 285.000 hogares). En las obras de la segunda fase de la central subterránea trabajaron 60 empresas gallegas durante cuatro años. El volumen de inversión superó los 127 millones de euros.
Tras esa experiencia cerca de casa, en el río Sil y en plena Ribeira Sacra, Pablo González asumió con Iberdrola Ingeniería -entre los años 2012 y 2014- el despliegue de los parques eólicos Chirnogeni WF, en Rumanía, y Kinangop WF, en Kenia, entre otros proyectos internacionales. Recién llegado del continente africano y con el tiempo justo para disfrutar de la Navidad en su ciudad, Ourense, en enero de 2015 se subió al tren de la imaginación de LEGO, en donde trabaja como diseñador de modelos, creando escenarios, vehículos y personajes del mundo real e imaginario con los famosos bloques encajables de colorines. De su etapa actual en Escandinavia, resalta que “trabajando como diseñador de producto me siento más realizado y percibo que es mi trabajo ideal. Yo no busco comodidad; mi trabajo me permite poder desarrollar mi parte más creativa, que es algo que siempre he querido hacer y es lo que realmente me apasiona, crear”.
Aunque no descarta regresar a Galicia como emprendedor, elogia el estilo de vida danés y las condiciones laborales del país, que “no tienen nada que ver con España; aquí son muy buenas y el balance trabajo-vida privada es uno de los mejores del mundo”, resalta. Pablo González se formó en la Escuela de Ingeniería de Minas y Energía de la Universidad de Vigo.
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