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RAÚL ÁLVAREZ CANLE - RUSIA

Fisioterapeuta del club de fútbol ruso FC Rostov en el staff de Valeri Karpin

“Estoy cómodo y feliz en Rostov con Karpin; hay seguridad y el único problema es que por el cierre del aeropuerto tenemos que viajar cinco horas en bus hasta el aeropuerto más cercano”

Texto: Javier de Francisco ©

Del Coruxo de Segunda B al FC Rostov de la Premier League rusa, con una pandemia y un conflicto armado en medio. Así es el recorrido del fisioterapeuta vigués Raúl Álvarez Canle, que comenzó su andadura en el fútbol profesional con el entrenador pontevedrés Rafa Sáez y que vive ya su octava temporada en Rusia formando parte del staff del mítico futbolista Valeri Karpin. Mientras estaba finalizando su Máster en Fisioterapia Deportiva y Readaptación a la actividad física, se incorporó al Coruxo y al año siguiente ya compatibilizaba su función de fisio en el club vigués, en el Porriño Industrial y en el Balonmano Chapela: “Fue un comienzo muy intenso, siempre de aquí para allá y trabajando de lunes a lunes”, recuerda, pero a la vez resultó una experiencia muy enriquecedora en lo personal y en lo deportivo. En el Coruxo forjó amistad con el actual entrenador del Real Club Celta de Vigo, Claudio Giráldez, en su recta final como jugador: “Tenía buena zurdita, pero estaba un poco tieso (risas). Hicimos buena amistad porque cada dos por tres necesitaba tratamiento. En el Porriño vivimos un ascenso a Tercera”, rememora el ahora fisio del FC Rostov y persona de confianza de Valeri Karpin.

A pesar del conflicto entre Rusia y Ucrania, y de la proximidad de Rostov del Don con la frontera, se siente “cómodo y feliz” en su club de la liga rusa y también en la ciudad: “Aquí hay seguridad. El único problema es la logística, en el sentido de que el aeropuerto de Rostov, por precaución, está cerrado y sí que se nos está haciendo largo, porque llevamos más de dos años teniendo que coger el bus, de cinco horas, hasta el aeropuerto más cercano”, relata Raúl Álvarez Canle. Esa circunstancia obliga al equipo a desplazarse dos días antes cuando juegan como visitantes y, en ocasiones, a permanecer más de una semana fuera de casa para disputar Liga y Copa (en formato de grupos). Durante esas largas concentraciones, aprovecha para tirar de celtismo con Karpin y hablar sobre la actualidad del Celta. Y cuando coinciden bien los horarios, para seguir por televisión los partidos del equipo de Giráldez. El fisio vigués está muy integrado en el staff de Karpin, aunque espera que su futuro le depare alguna etapa en Galicia.

Forma parte de una familia vinculada al deporte (su padre fue jugador de fútbol, su madre jugadora de balonmano y sus hermanos jugaron al hockey patines) y él mismo, antes de volcarse en la Fisioterapia, jugó siete temporadas en el Sárdoma (club de cantera de referencia en el fútbol gallego) y el último año de juveniles en el Castrelos de liga gallega, compatibilizando ya fútbol y estudios universitarios. De su trayectoria profesional tiene claro que “he tenido suerte gracias al Coruxo, porque fue donde empecé y es el club que me hizo llegar a donde estoy”.

El fisio vigués en un plató de televisión en Rostov.

¿Tus inicios en el fútbol como fisioterapeuta fueron con el técnico pontevedrés Rafa Sáez en el Coruxo?

Sí, prácticamente mi trayectoria profesional se inició con Rafa Sáez. Empecé unos meses antes de su llegada al club. Estábamos otro fisio y yo, y cuando Rafa llegó me quedé como fisio principal del primer equipo. Por aquel entonces yo estaba acabando el Máster en Fisioterapia Deportiva en Cantabria, y combinaba los estudios con el trabajo.

¿Antes de esa etapa en el Coruxo, en Segunda B, habías estado o hecho prácticas en algún otro club?

No, comenzó en Coruxo. Siempre jugué a fútbol, desde las categorías base. Estuve muchos años en el Sárdoma, y como siempre quise estar relacionado con el mundo del deporte, y en particular del fútbol, decidí especializarme en fisioterapia deportiva. Un amigo con el que estudié la carrera jugaba en el Coruxo, Adrián Pazó, y a través de él hablamos con el fisio que estaba por aquel entonces con el equipo, Adrián Ramilo, y así fue como empecé en el club, en plan prácticas. A partir de ahí, conocí en la segunda temporada a Claudio Giráldez (actual entrenador del Real Club Celta de Vigo), que posteriormente me llevaría de fisio al Porriño Industrial. Así que llegué a estar a la vez en el Coruxo, con Rafa; en el Porriño Industrial, con Claudio; y también en el Balonmano Chapela, con Fran Teixeira, otro gran conocido entrenador del deporte gallego.

¿En tres clubes a la vez y en deportes diferentes? Sería muy estresante, ¿no?

Sí, era un poco para volverse loco (risas). Como digo, empezó todo en el Coruxo y estuve un tiempo en los tres equipos a la vez. En el Porriño estaba como único fisio e iba tres días a la semana. Y en el Coruxo y en el balonmano estábamos Adrián Ramilo y yo. Fue un comienzo muy intenso, siempre de aquí para allá y trabajando de lunes a lunes.

En esa etapa, ¿Claudio Giráldez estaba en el Porriño todavía como jugador?

Así es, primero en el Coruxo (donde lo conocí) y luego también acabó jugando en el Porriño antes de retirarse. Tenía buena zurdita, pero estaba un poco tieso (risas). Hicimos buena amistad porque al tener molestias habitualmente, cada dos por tres necesitaba tratamiento. En el Porriño vivimos un ascenso a Tercera.

Y ahora llevas ya casi siete años en el FC Rostov de la liga rusa. Al estar tanto tiempo es porque esa experiencia está saliendo bien...

Sí, la verdad. No hay queja. Se me ha pasado el tiempo volando. No soy ni consciente de que lleve ya tanto tiempo aquí, pero estoy bien. Fue un comienzo difícil por el idioma, obviamente, pero a estas alturas y hablando el idioma me encuentro mejor y mucho más cómodo. Y sobre todo estando con el míster, con Karpin, que es lo más importante.  Así es como trabajas a gusto; cuando tienes un entrenador con el que trabajas bien, que entiende y le da mucha importancia a la figura del fisio. Pregunta frecuentemente como están los jugadores y que molestias tienen, para controlar su carga de trabajo y/o carga de minutos en partidos, y así evitar en la medida de lo posible lesiones (o recidivas si es un jugador que venía de lesión). Además, fuera de trabajo también hay una muy buena relación. Eso es importantísimo, al igual que me ocurrió con Rafa Sáez en su momento.

Raúl -a la derecha- con el preparador físico Álvaro (izquierda) y el fisio Alejandro (centro).

¿Con Karpin también has llegado a estar en la selección rusa?

No, sólo estoy con el club. Aparte ahora en la selección, con el tema de que no puede jugar competiciones internacionales por las sanciones, sino sólo amistosos, realmente tampoco hace falta mucho trabajo de fisioterapia. Si algún jugador está tocado ya no lo llaman... No sé si en la mente de Karpin algún día tiene pensado llevarme con la selección, pero de momento no he ido. Obviamente si me pide que vaya, iré a dónde sea con él, pero a día de hoy no he estado.

 

He leído en alguna entrevista que en Rusia no existe la titulación de Fisioterapia. ¿Sigue habiendo ese vacío?

Continúa igual. Aquí no existe la carrera de Fisioterapia como tal. Tienen Medicina, y realmente la especialización en Medicina del Deporte no se asemeja en cuanto a formación, sinceramente. Por eso en el fútbol ruso asumes más responsabilidad en ese sentido, porque en el ámbito deportivo los doctores tal vez no tienen la misma formación que en España, y fisioterapeutas tal y como los conocemos en nuestro país no los hay. Sí que hay masajistas, pero fisios no. En el Rostov tenemos tres masajistas, para descargar/soltar la musculatura, pero no para trabajo preventivo, en gimnasio, rehabilitación de lesionados... Es posible que esto vaya cambiando y que traigan fisios de fuera para ir formando profesionales aquí, pero es difícil poner todo eso en marcha.

Otros clubes como Spartak de Moscú, Dinamo, CSKA, Zenit, Rubin... ¿cómo solventan esa carencia? ¿Hay más fisios españoles en la liga rusa?

Sí, claro, aquí estamos `Españoles por el Mundo´. El CSKA, el Lokomotiv y el Zenit tienen fisios españoles, con los que tengo muy buena relación. Luego también hay preparadores físicos españoles, como en Dinamo de Moscú, por ejemplo. Y también estamos unos cuantos españoles en el Rostov, claro. Mucho jugador de nuestro equipo bromea diciendo que somos la `mafia española´.

¿Entre los preparadores físicos continúa el gallego Luis Casais?

Luis es el `culpable´ de que yo esté aquí, y le estoy muy agradecido por ello. Actualmente está solo en la selección con Karpin. Y al marcharse él del club, nuestro por aquel entonces readaptador Álvaro, se quedó como preparador físico. Al principio, cuando Luis se fue a la selección no había toda esta situación de sanciones y Rusia estaba compitiendo para ir al Mundial. Por eso tuvo que dejar el Rostov para centrarse en la selección, pero ahora todo quedó reducido a amistosos. Ahora Luis está en Galicia, y cuando hay parón de selecciones viene a Rusia entorno a 10-12 días, de concentración con la selección.

¿Tu trabajo es similar al que harías en cualquier club de Primera en España?

Entiendo que si. Aquí estoy con otros dos fisios más; uno está especializado en ecografía y con el ecógrafo hacemos alguna pequeña intervención ecoguiada:  extracciones de líquido, PRP (plasma rico en plaquetas), y ciertos tratamientos que en España quizás no realizas tanto porque hay doctores que están capacitados para hacerlo. También colaboramos en el diagnóstico, tanto con el estudio ecográfico como con el diagnóstico por resonancia. Quizás hagamos un poco más de lo que haríamos en España, pero lo importante es hacer lo mayor posible para ayudar en el diagnóstico del jugador lesionado y realizar el tratamiento más adecuado para el tipo y grado de lesión que tenga.

¿Los otros dos fisios que te acompañan en el Rostov de qué nacionalidad son?

Son también españoles. Tenemos dos doctores y tres masajistas que son rusos, pero los tres fisios somos españoles. Uno es de Valencia, bueno, argentino-valenciano, y el otro es vasco, un compañero que estudió el Máster conmigo. En todo este tiempo aquí también he trabajado con otro fisioterapeuta gallego, Hugo, y con un fisioterapeuta italiano, Gabriele, con los que guardo una gran relación.

Entonces en fisios españoles, el FC Rostov gana de goleada en Rusia...

Es gracias al míster, que confía en la fisioterapia española y en nosotros, y gracias a él podemos ser tres fisios trabajando en este club (Alejandro, Javier y yo). Entiendo que en otros clubes no es posible o no le dan tanta importancia a la fisioterapia y a la rehabilitación como sí que le da Karpin, que es quien permite que venga más gente a trabajar al staff. Tenemos también un readaptador español, Manuel y un analista, Jony, además del ya nombrado preparador físico Álvaro.

Raúl posando con Karpin, entrenador del FC Rostov y seleccionador ruso.

¿Las lesiones son diferentes por aspectos como la climatología y la tipología de estadios?

La climatología no influye apenas, ya que a mediados de diciembre para la liga; hay un parón de invierno. Cuando juegas no creas que estamos a -40 grados y con osos alrededor, ni con nieve. Algún partido puede coincidir con el campo nevado, como nosotros con el CSKA la temporada pasada, que nos hicieron jugar y nevaba bastante, pero lo normal es que los campos estén bien. De hecho, Rusia organizó el Mundial de 2018 y hay unos estadios increíbles en el país. Las lesiones son las mismas que puede haber en cualquier liga profesional de fútbol, ya que a este nivel se juegan muchos partidos... Ahora estamos jugando Copa, con partidos entre semana, y al final influye la carga de partidos. Pero por climatología y por estadios no es el problema. En Rostov estamos al sur y el clima no es tan frío como por ejemplo en Moscú. Aún así se para la liga en los meses más fríos.

Posando con Ronaldo, después de traducir su entrevista como jugador del partido.

Ahora mismo el equipo va séptimo. ¿No tiene más aspiraciones esta temporada?

Bueno, cada temporada intentamos exigirnos al máximo. Hace dos años quedamos cuartos e hicimos un temporadón. Jugamos el último partido de liga contra el CSKA y si llegáramos a ganar ese partido hubiéramos quedado segundos, puesto que al final ocuparon ellos (y Spartak en la tercera posición). Pero quitando ese año y el del covid, 2020, que hicimos un quinto puesto y jugamos la previa de Europa League, lo normal es que nos cueste más estar en los puestos más altos de la clasificación. Hay muchos clubes con presupuesto bastante más alto que el nuestro, como Zenit, Krasnodar, Spartak, CSKA, Lokomotiv, Dinamo... con mejores jugadores, a priori, así que cuesta competir contra ellos.

Y en la plantilla contáis con un uruguayo y con un brasileño...

Si, después del problema que está viviendo el fútbol ruso (no poder participar en competiciones como la Champions o la Europa League) se fueron bastantes extranjeros, pero ahora ya están volviendo poco a poco. Nosotros tenemos actualmente 6 extranjeros, entre ellos el brasileño Ronaldo, que lo está haciendo muy bien, y Rodrigo, el uruguayo que fue el último en llegar. Están volviendo jugadores extranjeros y siempre ayudan a tener un plus.

¿Hablas mucho con Karpin sobre la actualidad del Celta? ¿Sigue teniendo muy presente su etapa en Vigo?

Claro que recuerda su paso por Vigo, y conmigo más, estando aquí, que solemos hablar del Celta con frecuencia. Aparte yo tengo ahora a Claudio de entrenador, que lo conozco personalmente, así que más aún... A veces, si podemos y estamos en la base concentrados, o jugamos fuera de casa y concentrados en hotel, si coincide que juega el Celta por la noche lo vemos un rato juntos. Y si no podemos verlo, al día siguiente siempre hablamos del resultado del Celta y de su partido. Sí que mantenemos contacto y vemos. A veces Karpin me pregunta qué tal todo por Vigo en cuanto al equipo. Así que claro que le gusta y tiene un muy buen recuerdo del Celta y de la ciudad, sin duda.

 

 

En la Facultad de Medicina de Rostov, impartiendo una charla a alumnos de Medicina Deportiva.

¿Y en su estilo de entrenador hay mucho de celtismo, por ejemplo, en la apuesta por jugadores rusos de cantera?

Sí, cuando se fueron los jugadores extranjeros hubo que tirar mucho de cantera y de jugadores de la casa. Karpin les ha dado oportunidades y no tiene ningún problema en alinear a jugadores jóvenes cuando lo están haciendo bien. Y en la selección, lo mismo. Puede llevar a jugadores de no tanto nombre, quizás, pero si lo están haciendo bien para él eso es lo más importante.

¿A qué nivel está la popularidad de Karpin, llevando a la vez la selección y un club de Primera?

Sin ninguna duda es muy famoso. Hay también otros jugadores célebres en el país, como por ejemplo Onopko (que está con nosotros en el staff de segundo entrenador), o más recientes como Arshavin, pero Karpin es muy conocido. Ya lo era estando sólo en el Rostov, así que con la selección aún más. Es querido. Dice siempre lo que piensa, no se anda con rodeos, y eso a alguna gente no le gustará, pero a otra mucha sí. Va de frente y dice las cosas como son y como las piensa. Sigue siendo como ha sido siempre. Exigente también, aunque él dice que no lo es (risas). Y esto a nosotros nos hace mejorar y trabajar bien. Es exigente, pero sabe valorar, a su manera, cuando uno hace bien las cosas. Yo estoy muy bien con él, porque me gusta mucho ese estilo. Yo tengo quizás también un carácter fuerte y con él algunas veces “discuto”, digamos, siempre con una discusión sana, pero lo importante es que se trabaja bien y se está feliz con él. Y en España, Karpin es también muy querido, no sólo en Vigo, sino también en San Sebastián. Un ejemplo es que cuando la Real Sociedad fichó al ruso Zakharyan la temporada pasada, procedente del Dinamo de Moscú, a Karpin le llamaron cantidad de veces para preguntarle sobre el nuevo fichaje.

Atendiendo a Ronaldo durante un partido.

¿Entonces te ves mucho tiempo más en el fútbol ruso y en el staff de Karpin?

Bueno, hasta el momento son casi siete años ya. En algún momento de mi vida me gustaría regresar a Galicia; la morriña, ya se sabe. No quiero estar aquí toda la vida, pero tampoco tengo prisa en volver. Estoy cómodo, estoy feliz, y no hay ningún peligro, ni ningún problema. Muchas veces me han preguntado por la seguridad en Rostov, al estar cerca de la frontera, pero aquí hay seguridad. El único problema es la logística, en el sentido de que el aeropuerto de la ciudad, por precaución, está cerrado y sí que se nos está haciendo largo, porque llevamos más de dos años teniendo que coger un bus, de cinco horas, hasta el aeropuerto más cercano. Esto no sólo ocurre cuando viajo a España en vacaciones, sino también en los desplazamientos por el país con el equipo. Sí que esto es un lastre, porque cada vez que juegas fuera tienes que irte dos días antes; solemos entrenar el día antes del partido en la ciudad en la que jugamos, y entonces ya viajas el día anterior. Muchas veces ya ni regresamos a Rostov, porque como jugamos Copa entre semana nos quedamos a la espera del siguiente partido. Por ejemplo, si jugamos el fin de semana partido de liga en Moscú y el miércoles en Copa en otra ciudad ya no regresamos a Rostov, sino que volamos desde Moscú, así que al final estás siete u ocho días fuera de casa. Para los jugadores, que quieren estar con su familia, y para nosotros, es un inconveniente. Pero quitando ese pequeño problema, en lo demás hay normalidad. Y al final hasta puede tener su lectura positiva, porque con tantas horas de bus hacemos todavía más grupo y estamos más tiempo juntos. Tenemos un bus con mesa en el que echamos partidas de cartas; aprendimos a jugar al bridge, típico entre los rusos y también entre los futbolistas, y pasamos unas cuantas horas jugando a las cartas, que antes no lo hacíamos (risas).

Ante la atenta mirada de Karpin, prestando atención a un lesionado.

¿Esta semana también os toca jugar Liga y Copa?

No, esta semana estamos con calma en casa. El domingo pasado jugamos en nuestro estadio y el próximo sábado también nos toca en casa. Pero la siguiente semana sí que vamos a tener dos partidos seguidos en Moscú: el miércoles en Copa contra el Khimki, que es el equipo de un barrio de Moscú (como un Coruxo de Vigo); y el fin de semana en Liga contra el Spartak.

¿El sistema de Copa en Rusia es por eliminatoria, como en España?

No, porque desde que los equipos rusos no juegan competiciones europeas han hecho una Copa con sistema de grupos, como si fuera la Champions antes del cambio de este año. Somos grupos de cuatro equipos y juegas ida y vuelta, por lo que como mínimo son seis partidos de Copa.

Entonces mejor, así hay mayor competitividad para los clubes y los futbolistas rusos, ¿no?

Bueno, tiene sus pros y sus contras. En cuanto a que estén todos los jugadores metidos en competición y haya rotaciones, perfecto, pero por las lesiones ya no gusta tanto, porque un partido cada tres días hace trabajar más y te exige estar más encima de los jugadores para la recuperación. Pero sí, la ventaja es tener más partidos y que estén todos enchufados.

 

 

En el fútbol ruso, ¿son necesarias dos pretemporadas?

Sí. hay que hacer la de verano y la de invierno, porque la liga para desde mediados de diciembre hasta finales de febrero. La pretemporada de verano dura 1 mes aproximadamente (junio-julio) y la de invierno mes y medio (enero-febrero)

Es decir, que el parón de invierno son tus verdaderas vacaciones...

Sí, son las vacaciones más largas del año. En verano acabamos la liga en las mismas fechas que en España y en Europa, y luego la empezamos un poco antes, al haber parón en medio de la competición. En verano tengo pocas vacaciones, en torno a dos semanas en junio, pero en invierno tengo más, casi un mes. Las Navidades las paso con la familia y luego intento hacer una escapada a algún sitio porque es cuando tengo más margen de fechas.

Y la ciudad de Rostov, con más de un millón de habitantes, ¿es un buen lugar para vivir y ofrece muchas opciones para el tiempo de ocio?

Le falta el mar, como siempre digo a todo el mundo. Es una ciudad grande, en la que tienes gran variedad de restaurantes, una vistosa calle principal para pasear, a ambas orillas del río Don hay zonas muy bonitas... Y al otro lado del río está nuestro nuevo estadio, que fue construido para el Mundial. La ciudad tiene zonas bonitas, la verdad. Y luego Rostov es una ciudad muy futbolera. No sé si por el tiempo que llevo aquí o por si soy español y extranjero, pero la gente me reconoce en la calle algunas veces e incluso también en algunas ocasiones me piden foto. Es curioso porque en España al fisio del Celta o del Barcelona no creo que le pidan una foto, como si fuera un jugador del equipo, pero aquí sucede, imagino en parte porque es una ciudad muy futbolera. Por otra parte, en Rostov hay buen clima; estamos al sur, cerca del Mar Negro. Como digo muchas veces a familiares y amigos, en Rusia no todo es nieve, osos y vodka... También hace calor. Hoy (23 de septiembre) por ejemplo, aquí hace calor; estamos a 27 grados.

¿Tu familia es de Vigo?

Prácticamente si, excepto mi tía y mis primos, que pese a haber nacido en Vigo llevan muchos años viviendo en Londres y son mitad británicos ya (risas). Mi madre y mi tía han venido a visitarme en 2019, pero no hay manera de que venga mi hermana. ¡A ver si se anima! Pero bueno, ahora mismo para llegar aquí hay que volar hasta Sochi, que está al sur, o a Moscú, y luego viajar en tren hasta Rostov, por el cierre del aeropuerto, y resulta más complicado. Mi hermana ya vendrá... o luego, cuando me marche yo, querrá venir ella (risas). Tiempo ha tenido. Mi mejor amigo iba a venir en 2020, tenía todo comprado, pero fue justo cuando surgió el covid, y no pudo venir finalmente. Así que intento estar en Vigo yo lo máximo posible.

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