Copropietario de la compañía de licores Los Domínguez y primer presidente de la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay (AEGU)
El referente uruguayo en bebidas de importación y delicatessen, Los Domínguez, es una empresa de ourensanos y supera los 27 millones de facturación
Los Domínguez es mucho más que una empresa de distribución de licores en Uruguay. Con 45 años de historia, con más de 6.000 referencias de productos y con un volumen de ventas que supera los 30 millones de dólares al año (27 millones de euros), se ha convertido en el gran referente de la importación de bebidas y del sector delicatessen y gourmet en el país. La tienda bandera sigue fiel a su ubicación original, en la mítica confluencia de las calles Paraguay y Colonia, en pleno Mercado de los Artesanos, núcleo del Montevideo más turístico. Es el mismo local en el que los padres de Celso y de Jesús Domínguez Villarino, impulsores y copropietarios del grupo Los Domínguez, regentaron el Bar Madrid durante su sacrificada vida en Uruguay tras emigrar desde Pereira, en el municipio ourensano de Bande. Este local está considerado como el de mayor rentabilidad económica (relación entre ingresos y metros cuadrados de superficie) en todo el sector del comercio en Uruguay. La sociedad Los Domínguez agrupa actualmente dos tiendas de licores, una importadora y manejo en zona franca para la distribución a free shops. Además, Celso Domínguez y su hijo Alejandro han creado un segundo grupo empresarial, Iberpark, una cadena de tiendas de conveniencia con ocho locales, con presencia en los centros comerciales más importantes del país y con ventas superiores a 15 millones de dólares (13,5 millones de euros).
Texto: Javier de Francisco ©
La familia Domínguez, originaria de Pereira, localidad muy cercana a Bande (Ourense), compartió con muchos vecinos de A Baixa Limia y de otras comarcas de la provincia de Ourense el destino uruguayo de la emigración en la España de la posguerra. Los primeros en establecerse en Montevideo fueron los hermanos Jesús y Domingo Domínguez, tíos de los fundadores de la compañía de licores y de artículos gourmet. El hermano mayor emigró antes del estallido de la Guerra Civil española y desde allí reclamó a varios familiares, entre ellos al padre de los dos empresarios, Celso Domínguez.
La hostelería fue el medio de vida de la familia en el nuevo país. Celso Domínguez Villarino, gerente de Los Domínguez, relata que “nuestra historia refleja la clásica emigración uruguaya, en la que entre tres o cuatro socios armaban un bar y cuando podían se independizaban, abriendo otro pero siendo ya los únicos propietarios. Mis padres trabajaban muchas horas, más de 16, y aún así no pudieron independizarse hasta que los hijos cumplimos los 18 años. Yo, que llegué a Uruguay con 4 años, a la edad de 13 estudiaba y a la vez trabajaba doce horas en el bar, para ayudar en todo lo que podía”.
Recuerda que antes de independizarse y de cosechar el éxito como propietarios del Bar Madrid, en donde hoy está la tienda de referencia de Los Domínguez, sus padres acumularon largas jornadas de trabajo en otros locales de la ciudad, como el Bar Bonn y el Bar Los Andes: “En aquella época era muy común que los emigrantes compraran negocios y que los vendieran en unos pocos años. Los compraban cuando estaban a la baja, para revalorizarlos, y los vendían cuando tenían rentabilidad alta. Era como en la Bolsa. Después de una venta, pasaban dos o tres meses descansando y buscando otro negocio”, explica Celso Domínguez.
Sin embargo, la segunda generación cambió la forma de dirigir. En 1968, tras el fallecimiento de su padre y cuando el Bar Madrid estaba en pleno auge, Celso y su hermano Jesús optaron por “un cambio radical”. Cerraron el bar y apostaron por la importadora de licores. El acierto fue pleno, porque después de muchos años de cupo cerrado para las importaciones de bebidas, el Gobierno suprimió esas restricciones. Y así fue como las estanterías del emblemático local de la esquina de Paraguay con Colonia se fueron llenando con buenos whiskyes escoceses, Champagne francés y vinos argentinos.
Hoy la mayor licorería tradicional de Uruguay, que cuenta con un segundo local -también en Montevideo- en un centro comercial, continúa importando bebidas, pero dispone además de un extenso catálogo de productos delicatessen, desde aceite de oliva, conservas, bombones, chocolates y turrón hasta estuches, lotes variados y todo tipo de complementos para el vino.
Celso Domínguez precisa que las proporciones actuales de venta son “un 40% de whisky, un 40% de vinos -más de mil marcas de 150 bodegas de todo el mundo- y un 20% con el resto de productos. Sin embargo, hace años las ventas de whisky representaban el 80% de los ingresos”, asegura. En el segmento de esta bebida, más del 95% de las importaciones que realiza la empresa son marcas escocesas.